Caos aéreo total: el jefe de la NASA amenaza con dejar en tierra todos los vuelos comerciales de EE.UU. antes de Acción de Gracias
El secretario de Transporte, Sean Duffy, quien también se desempeña como administrador interino de la NASA, amenazó con paralizar por completo la aviación comercial nacional en vísperas de una de las fechas más críticas del año
Sean Duffy, secretario de Transporte de los Estados Unidos y actual administrador interino de la NASA, ha amenazado con la posibilidad de ordenar el cese total de toda la actividad aérea comercial en el país en vísperas del fin de semana de Acción de Gracias, uno de los periodos de mayor volumen de viajes del año. La advertencia, realizada durante una entrevista en la cadena CNBC, surge en medio de un prolongado cierre del gobierno federal que ya cumple más de un mes, una situación que está poniendo contra las cuerdas al sistema de transporte nacional y que ahora plantea un escenario de paralización sin precedentes en la era moderna de la aviación.
Las palabras de Duffy no dejaron lugar a la ambigüedad cuando afirmó que, si las autoridades consideran que la situación del espacio aéreo se ha vuelto insegura, no dudarán en decretar su cierre completo. "Si consideramos que es inseguro, cerraremos todo el espacio aéreo", declaró el responsable, añadiendo que el cierre del gobierno "incluye un elemento de riesgo". Esta radical advertencia representa una escalada dramática en la retórica de la administración frente a una de las parálisis gubernamentales más largas en la historia de Estados Unidos, y sitúa a millones de viajeros en una incertidumbre total a solo semanas de una de las festividades familiares más importantes.
El origen de la crisis: un cierre gubernamental prolongado
El cierre parcial del gobierno federal se inició el pasado 1 de octubre, y desde entonces, los controladores aéreos y otros trabajadores esenciales de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) se han visto obligados a trabajar sin percibir sus salarios. Esta presión financiera ha llevado a muchos de estos empleados críticos para la seguridad aérea a buscar segundos empleos para poder cubrir sus gastos, un hecho que ha generado una alarmante escasez de personal en las torres de control y los centros de mando. La FAA ya había elevado una petición desesperada a los legisladores la semana pasada, instándoles a poner fin al cierre gubernamental después de que se registraran importantes retrasos y cancelaciones directamente atribuibles a estos problemas de plantilla.
La situación en las instalaciones de control aéreo es cada vez más crítica. A través de un comunicado en sus redes sociales publicado el viernes, la FAA detalló la gravedad de la situación: "Después de 31 días sin cobrar, los controladores aéreos están bajo una inmensa presión y fatiga". El mensaje añadía datos concretos que pintan un panorama desolador: "Actualmente, la mitad de nuestras 30 instalaciones principales experimentan escasez de personal, y casi el 80 por ciento de los controladores de tráfico aéreo están ausentes en las instalaciones del área de Nueva York". Esta región es, precisamente, uno de los núcleos neurálgicos de la aviación comercial mundial.
Nearly 13,000 air traffic controllers have been working without pay for weeks, ensuring the safety of more than 50,000 daily operations across the national airspace system (NAS).
— The FAA ✈️ (@FAANews) November 1, 2025
As we head into this weekend, a surge in callouts is straining staffing levels at multiple…
En su declaración, la FAA fue contundente al asegurar que nunca se comprometería la seguridad, incluso si eso conlleva tomar decisiones drásticas. "Continuamos reiterando que nunca comprometeremos la seguridad. Cuando se producen escaseces de personal, la FAA reducirá el flujo de tráfico aéreo para mantenerla. Esto puede resultar en retrasos o cancelaciones". Esta postura institucional es la que ahora ha llevado a Duffy a llevar la situación al límite, planteando un escenario de cierre total si la seguridad no puede garantizarse con los recursos disponibles. La medida, sin embargo, no se presenta como una certeza, sino como un último recurso en caso de que la degradación del servicio cruce un umbral crítico.