China está construyendo una presa monstruosa: es tan grande como un rascacielos

La obra, que alcanzará 312 metros de altura, es parte de la estrategia china para dominar el almacenamiento energético con megaestructuras hidráulicas.

China está construyendo una presa monstruosa: es tan grande como un rascacielos
Vista aérea de la presa de Shuangjiangkou durante su construcción en 2023. Al fondo, las montañas de la meseta tibetana donde se ubica el proyecto
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

China ha empezado a llenar lo que será la presa más alta del mundo y las cifras son abrumadoras. El proyecto Shuangjiangkou, ubicado en el río Dadu al suroeste del país, está batiendo todos los récords con sus 312 metros de altura comparable a un edificio de 100 plantas. Situada a más de 3.200 metros de altitud en la meseta tibetana, esta obra supera en dimensiones a cualquier otra estructura hidráulica construida hasta la fecha.

Tal y como nos cuentan desde El Confidencial que el embalse ya ha completado su primera fase de llenado este mes. El proyecto comenzó en 2008 bajo la dirección de PowerChina y se enmarca en los planes del gobierno para ampliar su capacidad energética renovable, en un país que sigue dependiendo fuertemente del carbón.

La nueva joya de la corona energética china

El embalse ya almacena 110 millones de metros cúbicos de agua en su primera fase de llenado, pero esto es solo el principio. Cuando esté terminada, la central generará energía para tres millones de hogares y evitará la emisión de 7 millones de toneladas de CO₂ anuales, cifras que el gobierno chino subraya para justificar su construcción.

La ingeniería detrás del proyecto ha requerido soluciones nunca vistas. Han empleado robots compactadores que operan en condiciones extremas de altitud donde los humanos apenas pueden trabajar. Los sistemas de monitorización por 5G vigilan constantemente la estructura, especialmente importante en una zona con alto riesgo sísmico.

El lado oscuro del proyecto muestra la factura medioambiental: especies desplazadas, poblaciones relocalizadas forzosamente y yacimientos arqueológicos sumergidos para siempre. El patrón se repite: como en las Tres Gargantas, el impacto ecológico y social queda relegado frente al beneficio energético.

La apuesta por la hidroelectricidad en China ya representa el 13% de su producción eléctrica total con 436 GW instalados. Mientras en Europa cada proyecto renovable se debate durante años, el gigante asiático ya trabaja en Motuo, otra presa titánica que triplicará la potencia de las Tres Gargantas con sus 60 GW previstos.

La obsesión por las grandes dimensiones no se limita a las presas. China también construye los rascacielos residenciales más grandes del mundo, con 122 pisos. La diferencia es notable: en uno residen millonarios, en la otra descansa la seguridad energética del país. Estos gigantescos proyectos contrastan con propuestas más modestas e innovadoras como la torre Puzzle de Albania, que con menos recursos resuelve necesidades reales. O las viviendas modulares tipo Lego que priorizan la sostenibilidad sin arrasar territorios enteros.

Es difícil no comparar prioridades: en Las Vegas han gastado 2.300 millones en una esfera gigante para proyectar publicidad, mientras China invierte en infraestructura crítica. Dos modelos opuestos que nos hacen preguntarnos si existe un término medio para la transición energética que no sacrifique el medio ambiente.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!