Del escáner de iris a leer la mente: Sam Altman prepara Merge, su rival de Neuralink
La startup Merge Labs usará ultrasonidos y terapia génica para leer señales cerebrales sin implantes quirúrgicos, alejándose del método invasivo de Neuralink
Sam Altman, el CEO de OpenAI, está montando una startup que quiere leer el cerebro sin abrir el cráneo. Se llama provisionalmente Merge Labs y busca conseguir 250 millones de dólares de inversores como OpenAI. La tecnología usa ultrasonidos en lugar de implantes quirúrgicos, alejándose del método de Neuralink. Altman no invertirá directamente ni tendrá cargo en la empresa, pero su figura atrae el capital.
La información la publica Futurism y detalla que la ronda de financiación valora Merge Labs en 850 millones de dólares. El proyecto cuenta con Mikhail Shapiro, investigador de Caltech experto en escaneo cerebral no invasivo con ultrasonidos. También participa Alex Blania, el responsable de operaciones de Worldcoin, el polémico proyecto de criptomonedas y escaneo de iris de Altman.
Cómo funciona la tecnología de Merge Labs
La técnica combina ultrasonidos con terapia génica. Primero se modifican ciertas células cerebrales para que sean visibles a los ultrasonidos. Luego se escanea el cerebro desde fuera, sin cirugía. Shapiro lleva años desarrollando este método en Caltech y es uno de los pocos equipos del mundo trabajando en esta dirección. La ventaja frente a Neuralink es obvia: no hay que abrir la cabeza.
El objetivo inicial es solo lectura de señales cerebrales, no escritura. Altman ha dicho que le gustaría "pensar algo y que ChatGPT responda", pero de momento el sistema solo captaría señales, no las enviaría. El proyecto está en fase muy inicial, sin prototipos funcionales. Los 250 millones irían a investigación básica para demostrar que la técnica funciona en humanos.
Alex Blania es conocido por Worldcoin, que usa escáneres de iris para verificar identidad. Ese proyecto ha tenido problemas en Europa por las regulaciones de privacidad, y Blania conoce los obstáculos legales de manejar datos biométricos. Un dispositivo que lee el cerebro enfrentará escrutinio mayor. Merge Labs tendrá que lidiar con cuestiones de privacidad desde el principio, especialmente en Europa.
Neuralink, la empresa de Elon Musk, ya ha implantado chips en dos personas y lleva desde 2016 trabajando en esto. Merge Labs se coloca como alternativa menos invasiva, aunque está años por detrás en desarrollo. El componente de terapia génica requiere aprobaciones de agencias sanitarias como la FDA o la EMA, con ensayos clínicos que pueden llevar años.
Altman tiene varios proyectos grandes más allá de OpenAI. Recientemente protagonizó el debate sobre el proyecto Stargate, la infraestructura de 500 millones de dólares para IA que Elon Musk puso en duda. También ha defendido la apuesta de EE.UU. por la IA para mantener el liderazgo tecnológico global. Antes compró el dominio Chat.com por varios millones antes de que OpenAI se hiciera con él. Merge Labs sigue ese patrón de grandes cifras y apuestas arriesgadas.
Las aplicaciones van desde asistencia médica para personas con parálisis hasta control de dispositivos con el pensamiento. Altman ha hablado antes de los riesgos de la IA descontrolada y de lo inútiles que serían los búnkeres. Un sistema que lee el cerebro añade complejidad a esos debates sobre privacidad y control de datos.
El proyecto está en fase inicial. La ronda de financiación busca dinero para investigación básica, no para construir productos. La valoración de 850 millones refleja expectativas, no resultados concretos. Altman atrae inversores por su historial en OpenAI, pero Merge Labs tendrá que demostrar que su enfoque con ultrasonidos funciona en humanos antes de hablar de comercialización.