El caza del futuro va a cambiarlo todo: es europeo

El Tempest europeo apunta a superar al F-35 con más carga, más autonomía y capacidad para operar en red con drones y otras fuerzas

El caza del futuro va a cambiarlo todo: es europeo
El Tempest, aún en desarrollo, aspira a liderar el combate aéreo del futuro con inteligencia artificial y alcance transatlántico sin repostaje
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

El Tempest ya no es una idea lejana ni un proyecto sin forma. Es real, tiene fecha, y si se cumplen las previsiones, podría dejar atrás al mismísimo F-35 en varios aspectos clave. Así lo detalla El Confidencial en un análisis completo del programa, que destaca su capacidad de carga y autonomía como puntos clave.

Desarrollado por Reino Unido, Italia y Japón, el Tempest aspira a convertirse en el avión más avanzado de su generación. Podrá transportar hasta 10.000 kilos de carga útil interna —el doble que el F-35A—, lo que supone más espacio para armamento y sensores sin renunciar al sigilo. También tendrá alcance suficiente para cruzar el Atlántico sin repostar, lo que lo hace menos dependiente de los vulnerables aviones cisterna.

Un centro de mando con alas para el combate del futuro

Pero el Tempest no se limita a volar. Su verdadera ventaja estará en la capacidad de trabajar en red. Estará preparado para coordinar drones, fuerzas navales y unidades terrestres en tiempo real, incluso en entornos con interferencias electrónicas, gracias a sistemas de inteligencia artificial y procesamiento de datos embarcados.

A nivel armamentístico, contará con misiles aire-aire de gran alcance, capaces de atacar blancos a más de 150 kilómetros, y sensores multifunción capaces de interferir las comunicaciones del enemigo, además de detectar amenazas con mayor precisión.

El demostrador que pondrá todo esto a prueba se está ensamblando en Wharton (Reino Unido). El primer vuelo está previsto para 2027, y si los plazos se cumplen, la entrada en servicio llegaría en 2035. El prototipo utilizará motores Eurojet EJ200, como el Eurofighter Typhoon, aunque el modelo final contará con un nuevo motor aún en desarrollo. La experiencia del Typhoon, que necesitó casi dos décadas para estar listo, recuerda que el calendario es ambicioso.

El Tempest tendrá que competir con otros programas europeos como el FCAS (Francia, Alemania y España) y el Future Fighter System sueco. También con desarrollos internacionales como el F-47 estadounidense o los modelos chinos J-36 y J-50, que apuntan al mismo segmento de superioridad aérea. Mientras tanto, países como China avanzan con propuestas como el motor supersónico que podría unir Madrid y Pekín en solo dos horas, y otros apuestan por diseños más sostenibles como el avión eléctrico que busca volar sin emisiones.

También Estados Unidos compite por mantener la supremacía aérea, pero el panorama ya no está tan despejado como antes. El desarrollo del Tempest introduce una variable importante en el equilibrio internacional, no solo por su tecnología, sino por lo que representa: una nueva forma de entender la defensa desde Europa. Si consigue cumplir los objetivos marcados, marcará un hito en la historia de la aviación militar.

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