El CEO que presumió de sustituir a sus trabajadores con la IA ahora tiene miedo. Le pueden reemplazar a él
El CEO de la empresa cree que puede ser sustituido por la IA en el futuro, aunque eso no le guste

La inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas con una fuerza arrolladora en los últimos dos años. Su impacto ha sido innegable, transformando industrias, automatizando tareas y, en definitiva, cambiando la forma en que vivimos y trabajamos. Pero este avance tecnológico también ha traído consigo una sombra de incertidumbre: el miedo a perder el empleo a manos de las máquinas. Incluso figuras como Bill Gates han pronosticado qué profesiones están en mayor riesgo de desaparecer, y ya hemos visto cómo algunas empresas han llegado a reemplazar al 90% de su plantilla por soluciones basadas en IA.
En este contexto, la historia de Sebastian Siemiatkowski, CEO de la fintech Klarna, resulta prácticamente paradigmática del futuro distópico que nos espera al más puro estilo Cyberpunk 2077. Siemiatkowski ha sido uno de los abanderados de la adopción de la IA en su empresa, llegando a reducir la plantilla en un 22% gracias, en gran medida, a la integración de ChatGPT. Mientras tanto, los ingresos y beneficios de Klarna no han parado de crecer, alcanzando la friolera de 14.000 millones de dólares. Un éxito empresarial que, sin embargo, tiene un reverso oscuro para muchos trabajadores.
De verdugo a víctima: la IA también amenaza a los CEOs
Según ha publicado Futurism, Siemiatkowski ha afirmado que la incorporación de ChatGPT a la estructura de Klarna le ha permitido prescindir del equivalente a 700 trabajadores a tiempo completo. En Bloomberg se jactó de no contratar a nadie en un año. Además, la productividad ha mejorado notablemente. Un panorama que, sin duda, resulta preocupante para los empleados de la empresa fintech, que ven cómo la IA se convierte en una amenaza para sus puestos de trabajo.
Pero lo que resulta irónico, es que ni siquiera el propio CEO está a salvo. Al parecer, la ola de la IA también podría afectar a los puestos ejecutivos, incluido el suyo. El propio Siemiatkowski ha reconocido que esta posibilidad "no le emociona", pero que es una realidad innegable. La espada de Damocles ahora pende sobre su propia cabeza.
Y es que, según un artículo del New York Times, hasta el 80% del trabajo de un CEO podría ser realizado por una IA, lo que supondría un ahorro considerable para las empresas. Sin embargo, la tecnología aún no está a ese nivel. Las "alucinaciones" de la IA, esos errores e invenciones que a veces produce, son todavía una traba muy importante para su adopción en roles de alta responsabilidad, y es que resulta difícil confiar en una IA que a veces te da tres soluciones totalmente diferentes a una pregunta muy concreta. Por ello, todavía no se puede confiar plenamente en ella para tareas que requieren precisión, criterio y, sobre todo, experiencia en la toma de decisiones complejas.
Además, hay aspectos de los rasgos humanos que van mucho más allá de lo meramente eficiente. La inteligencia emocional, la empatía, la capacidad de adaptación y la creatividad son cualidades humanas que, por ahora, la IA no tiene ningún tipo de capacidad replicar. Aunque, quién sabe. Sam Altman, CEO de OpenAI, asegura que estamos cada vez más cerca de la Inteligencia Artificial General (AGI), ese santo grial de la IA que, en teoría, sería capaz de igualar o superar la inteligencia humana en todos los ámbitos.
La AGI, a día de hoy, parece algo sacado de la ciencia ficción. De hecho, ni siquiera existe un consenso sobre qué es exactamente. Sin embargo, es el horizonte hacia el que se dirigen todas las grandes empresas de IA. Y si alguna vez se alcanza, las consecuencias para el mercado laboral, y para la sociedad en general, podrían ser inimaginables, incluso para los que ahora ostentan el poder.