En un salto radical, han conseguido generar energía a través de la lluvia

Científicos de Singapur crean un sistema que transforma el flujo de gotas de lluvia en electricidad con un 10% de eficiencia

En un salto radical, han conseguido generar energía a través de la lluvia
El sistema utiliza tubos de polímero conductor de apenas 2 mm de diámetro donde las gotas crean un patrón de flujo segmentado que genera electricidad suficiente para alimentar pequeños dispositivos
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

La carrera por encontrar nuevas fuentes de energía renovable continúa, pero esta vez con un giro inesperado. Mientras todos miramos al sol y al viento, un equipo de investigadores ha puesto su atención en algo que siempre ha estado ahí: la lluvia. Y lo han logrado: ahora pueden sacar electricidad de gotas de agua que caen por un tubo, con un sistema que podría instalarse en cualquier pared o superficie vertical de nuestras ciudades.

Tal y como nos cuentan desde New Atlas, investigadores de la Universidad Nacional de Singapur han desarrollado este sistema que transforma el agua de lluvia en energía eléctrica. El método, publicado en la revista ACS Central Science, emplea tubos verticales fabricados con un polímero conductor que convierte el movimiento de las gotas en electricidad.

Del laboratorio a los tejados: así funciona este sistema revolucionario

El principio físico detrás de esta innovación se basa en lo que los científicos denominan flujo segmentado. Cuando las gotas caen por el tubo de 32 centímetros, se fragmentan creando burbujas de aire entre porciones de agua. Este proceso genera una separación de cargas eléctricas que son captadas por electrodos situados en los extremos del dispositivo. Las pruebas iniciales han logrado alimentar 12 LED durante aproximadamente 20 segundos, un resultado prometedor para esta primera implementación.

Esta tecnología representa una alternativa interesante frente a las gigantescas turbinas eólicas que Europa está desarrollando para competir con China. Mientras esas turbinas requieren grandes infraestructuras, estos tubos de apenas 2 milímetros de diámetro podrían instalarse en fachadas de edificios, multiplicando los puntos de generación en espacios ya construidos.

El sistema destaca por su adaptabilidad geográfica, funcionando en cualquier lugar donde llueva con cierta regularidad, a diferencia de los ambiciosos proyectos renovables chinos que exigen condiciones muy específicas. A diferencia de las picoturbinas hidroeléctricas que necesitan caudales constantes, estos tubos solo requieren precipitación ocasional, un recurso mucho más común y accesible en entornos urbanos.

Los científicos han confirmado que duplicar los tubos genera el doble de energía, lo que facilita el escalado según las necesidades específicas de cada instalación. Este concepto sigue la línea de otras soluciones innovadoras como los sistemas que convierten minas abandonadas en baterías o las "cometas" submarinas que aprovechan las corrientes marinas para generar electricidad.

Lo curioso es que estos científicos han experimentado con gotas cayendo a solo 0,15 m/s, cuando la lluvia real cae a unos 9 m/s. Esto nos da una idea: el sistema podría ser mucho más eficiente en una tormenta real. Todavía hay retos por resolver, como cuánto durarán estos materiales expuestos a la intemperie o si realmente pueden competir en costes con otras tecnologías emergentes como el hidrógeno verde.

No vamos a ver edificios completos alimentados por lluvia mañana, eso está claro. Pero esta tecnología abre una nueva vía para generar electricidad en espacios urbanos donde ya vivimos. Su verdadero mérito está en convertir algo tan cotidiano como la lluvia en un recurso valioso, sobre todo en lugares donde instalar paneles solares o molinos de viento no es viable por cuestiones de espacio, clima o presupuesto.

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