La nueva batería de sodio-hierro quiere comerse a las convencionales. Tiene papeletas para conseguirlo

La tecnología de Inlyte Energy podría revolucionar el almacenamiento energético con costes cuatro veces menores que las baterías de litio actuales

La nueva batería de sodio-hierro quiere comerse a las convencionales. Tiene papeletas para conseguirlo
Planta de producción industrial donde se fabrican componentes para sistemas de almacenamiento energético, similares a los que Inlyte Energy planea construir en 2027
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Las baterías que conocemos podrían tener los días contados. Y no, no es una exageración. Una startup californiana ha desarrollado unas baterías de sodio-hierro que están poniendo contra las cuerdas a las tradicionales de iones de litio por tres razones de peso: cuestan mucho menos, duran más tiempo y utilizan materiales que abundan en la naturaleza. Ventajas que interesan tanto a las grandes eléctricas como a cualquiera que tenga un panel solar en casa.

Según nos cuentan desde New Atlas, la empresa Inlyte Energy está desarrollando una tecnología de baterías que podría reducir el coste de almacenamiento a 35 dólares por kWh, una cifra cuatro veces menor que las actuales soluciones de iones de litio (139 $/kWh). Además, estos sistemas ofrecen una autonomía de entre 6 y 24 horas, superando con creces las 4 horas promedio que proporcionan las baterías convencionales del mercado.

Materiales abundantes y tecnología probada para un almacenamiento más accesible

Ojo, la idea de Inlyte no surge de la nada. Se remonta a los trabajos realizados por Beta Research en los años 70 para vehículos eléctricos. En 2023, la startup adquirió equipos y personal técnico para rescatar y darle una vuelta a este desarrollo. Sus baterías de metal haluro brillan por su seguridad con bajo riesgo de incendio y funcionamiento estable en un amplio rango de temperaturas, desde -20°C hasta 60°C.

La durabilidad es otro de sus puntos fuertes, con 7.000 ciclos de carga (equivalentes a unos 20 años de uso) y solo un 0,001% de degradación por ciclo. Esto contrasta radicalmente con otras tecnologías de nueva generación que, aunque prometen maravillas, todavía están lejos de la implementación comercial que ya está consiguiendo Inlyte.

Los inversores ya han puesto el ojo en esta propuesta, soltando 8 millones de dólares en financiación inicial. La empresa ya opera una planta piloto en Reino Unido donde ha demostrado 700 ciclos completos sin pérdida de capacidad, una hazaña que deja en evidencia a muchas alternativas energéticas actuales en términos de estabilidad a largo plazo.

Los planes de Inlyte incluyen la inauguración de su primera fábrica estadounidense en 2027, mediante una alianza con Horien Salt Battery Solutions. Esta expansión podría marcar un antes y un después para competir con sistemas consolidados como el Megapack de Tesla, especialmente en aplicaciones como plantas solares industriales, almacenamiento para redes eléctricas municipales y sistemas de respaldo para infraestructuras críticas.

Claro que no todo es color de rosa. La tecnología de sodio-hierro debe enfrentarse a una infraestructura de reciclaje ya montada para las baterías de litio, así como resolver cuestiones prácticas para su implementación en hogares. Aunque su densidad energética no compite con las soluciones para vehículos eléctricos, su enfoque en aplicaciones estacionarias podría ser suficiente para darle la vuelta al mercado en sectores donde el espacio no es lo que más preocupa.

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