Ni un rascacielos ni un megahotel, el nuevo invento saudí es un jardín eterno
El reino saudí cambia los rascacielos imposibles por un anillo flotante en el Mar Rojo que promete un paraíso turístico sostenible, con playas privadas y jardines eternos

Cuando pensamos en Arabia Saudí, nos vienen a la mente rascacielos imposibles y proyectos faraónicos que compiten por tocar el cielo. Pero el último capricho del reino va por otro camino. Laheq, el nuevo complejo turístico del Mar Rojo, deja de lado los récords de altura y se extiende horizontalmente sobre el agua, como un oasis circular que flota entre el mar y el desierto.
New Atlas nos cuenta que Laheq es el nuevo intento saudí de crear un paraíso turístico que, al menos sobre el papel, no destrozará el entorno natural. Ubicado en un archipiélago de 90 islas vírgenes, forma parte de ese plan llamado Visión 2030 con el que los saudíes intentan dejar de depender tanto del petróleo.
Un anillo paradisíaco en medio del Mar Rojo
Lo que más llama la atención de Laheq es su enorme estructura circular de 800 metros bautizada como "El Anillo". Los arquitectos de Foster + Partners han diseñado este círculo perfecto para albergar 740 casas de lujo, dos hoteles boutique y un zoco donde no faltarán restaurantes para todos los gustos.
Han llamado "Jardín Eterno" a la idea central del proyecto, que mezcla plantas locales con estructuras de madera y sistemas para reutilizar el agua. Nada que ver con los rascacielos de 2 km que quieren levantar en Riad. Aquí han optado por un diseño que intenta respetar el mar en lugar de imponerse a él, al menos en teoría.
Las casas utilizarán materiales como madera y piedra local en dos estilos: claros y luminosos o más oscuros e íntimos. En el centro del anillo habrá una laguna artificial con playas de arena blanca donde los residentes podrán darse un chapuzón y presumir de vecindario exclusivo.
Claro que los saudíes no se limitan a decir que esto será sostenible, sino que prometen objetivos que suenan casi a ciencia ficción: funcionamiento 100% con energías renovables para 2030 y protección del cuarto arrecife de coral más grande del mundo, donde viven más de 2.000 especies. También hablan de plantar 50 millones de manglares, nada menos.
El diseño incluye trucos para ahorrar energía, como orientar los edificios para aprovechar el sol y ventilarlos de forma natural sin necesidad de tanto aire acondicionado. Un enfoque bastante diferente al de el megacubo Mukaab, otro de esos proyectos saudíes que parecen salidos de una película futurista.
Todo esto va dirigido, como no podía ser de otra manera, a gente con mucho dinero. La novedad es que podrán comprar las propiedades en propiedad privada, algo poco común en el reino. Los futuros vecinos tendrán acceso VIP a lujos como un campo de golf de 18 hoyos, un puerto deportivo para 115 barcos y escuelas para aprender deportes acuáticos.
El aeropuerto internacional del Mar Rojo dejará el complejo a solo una hora de vuelo desde Riad, facilitando que este lugar compita con destinos como Maldivas. Y es que Laheq es solo una pieza del plan que contempla construir 50 resorts con 8.000 habitaciones para 2030.
A pesar de todas las promesas verdes, hay ecologistas que no las tienen todas consigo y han señalado dudas sobre cómo afectará realmente a unos ecosistemas que hasta ahora estaban intactos. También se preguntan si las tecnologías necesarias para lograr esos objetivos tan ambiciosos realmente existen o son solo palabras bonitas.
Con un 40% ya construido y la apertura prevista para 2028, Laheq es la apuesta saudí por el turismo de lujo "sostenible". Y a diferencia de proyectos megalómanos como The Line, este parece tener un tamaño más razonable y pies en la tierra, lo que le da más posibilidades de acabar siendo algo real y no solo un bonito dibujo en un powerpoint.