Rafael guardaba un secreto en uno de sus cuadros, pero ahora la IA lo ha descubierto

Un sistema de inteligencia artificial ha analizado el famoso cuadro renacentista y confirmado lo que los expertos sospechaban desde hace siglos

Rafael guardaba un secreto en uno de sus cuadros, pero ahora la IA lo ha descubierto
La 'Madonna della Rosa' (1518-1520) ha revelado su secreto: el rostro de San José fue pintado por un discípulo de Rafael, posiblemente Giulio Romano
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

La IA acaba de destapar un misterio que llevaba siglos escondido en Madonna della Rosa, uno de los cuadros atribuidos a Rafael. Un sistema de reconocimiento visual ha descubierto que el famoso rostro de San José no es obra del maestro, algo que ya sospechaban varios expertos desde el siglo XIX, pero que hasta ahora nadie había podido demostrar con certeza.

Heritage Science Journal publica esta investigación que, a diferencia de estudios anteriores, no analizó el cuadro en conjunto sino cada cara por separado. Este enfoque ha permitido ver detalles que habían pasado inadvertidos durante medio milenio y resolver, al fin, uno de los debates más longevos sobre la obra del pintor italiano.

Cuando la máquina se convierte en experta de arte

El equipo de investigadores entrenó al sistema con cuadros confirmados de Rafael para que aprendiera a reconocer sus técnicas pictóricas más características del Renacimiento. Después de estudiar miles de ejemplos, la IA alcanzó un 98% de precisión al distinguir lo que es auténtico Rafael de lo que no lo es.

Y las diferencias saltaron a la vista. Mientras los rostros de la Virgen, el Niño y San Juan tienen todas las señas de identidad de Rafael, la cara de San José parece hecha por otra mano menos hábil. Los trazos son más toscos, las sombras menos sutiles y los colores no siguen el patrón habitual del artista, algo que ya habían notado algunos críticos antiguos, aunque sin las herramientas para confirmarlo.

Todo apunta a que fue Giulio Romano, uno de sus discípulos aventajados, quien pintó esa parte. No era raro en la época que los grandes maestros delegaran secciones secundarias en su taller, sobre todo cuando tenían encargos importantes que entregar y el tiempo apretaba.

"No pretendemos reemplazar a los expertos tradicionales. Nuestro sistema es solo una herramienta más que aporta datos objetivos", aclara Hassan Ugail, matemático de la Universidad de Bradford que participó en el estudio. Esta combinación entre conocimiento humano y tecnología está revolucionando el estudio histórico sin necesidad de renunciar al ojo experto.

La Madonna della Rosa, pintada entre 1518 y 1520, sigue dando que hablar cinco siglos después. Y al igual que otros descubrimientos arqueológicos inesperados, nos recuerda que todavía quedan misterios ocultos en obras archiconocidas.

Los mismos métodos podrían aplicarse a otros cuadros dudosos o incluso a grandes monumentos históricos cuyo origen sigue sin estar claro. El análisis con IA ya está revelando detalles sobre construcciones milenarias como Stonehenge que habían pasado desapercibidos hasta ahora.

A diferencia de hallazgos físicos como los manuscritos chinos, en este caso el secreto siempre estuvo ahí, a simple vista pero invisible para nuestros ojos. La obra sigue siendo una joya del Renacimiento, pero ahora sabemos que esconde una historia mucho más compleja y colaborativa.

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