"Se nos viene encima": el CEO de una de las empresas estadounidenses más importantes se prepara para una oleada de jóvenes en paro por culpa de la IA
Steve Preston, CEO de Goodwill, ve cómo la automatización destroza el empleo juvenil mientras los gigantes tech niegan el problema. Sus centros reciben cada día más víctimas de la IA

Mientras los ejecutivos tecnológicos insisten en que la IA no destruirá empleos, la realidad dice lo contrario. Steve Preston, CEO de Goodwill desde hace años, ve todos los días las consecuencias: más de 2 millones de personas pasaron por sus 650 centros de empleo el año pasado, y la cifra no para de crecer por culpa de la automatización que ya está aquí.
La organización se prepara para recibir una avalancha de desempleados jóvenes víctimas de la IA, especialmente en call centers y roles de ventas, según se recoge en Fortune. Preston, que fue secretario de Vivienda de Estados Unidos, no tiene dudas: las grandes organizaciones ya hacen despidos masivos por la implementación de sistemas automatizados.
La Generación Z sin estudios, la primera víctima
Los datos que maneja Preston desde Goodwill son contundentes: los jóvenes sin carrera universitaria se quedan sin trabajo. Mientras proliferan los informes que aseguran que los títulos ya no sirven y que las empresas contratan por competencias, la realidad del mercado laboral cuenta otra historia completamente distinta.
La situación se agrava porque estos empleos de entrada funcionaban como centros de formación natural, donde los trabajadores aprendían las bases del oficio, desarrollaban competencias y tenían mentores. Al eliminar estos puestos, las empresas se quedan sin cantera de profesionales experimentados para roles superiores, creando un problema que trasciende el desempleo inmediato.
Preston lo explica sin rodeos: "Para los jóvenes en ese momento de sus vidas, engancharse a algo donde vean futuro es fundamental, donde puedan imaginar sus vidas progresando hacia adelante". El problema va más allá del aspecto económico: afecta directamente a la salud mental de toda una generación que no encuentra su lugar en el mercado laboral.
La cuestión no es nueva. Sam Altman, CEO de OpenAI, reconoce que la IA puede causar daños significativos por los riesgos tecnológicos y sociales de su desarrollo acelerado. Y los ejemplos están por todas partes: los médicos que usan IA para diagnósticos pierden sus capacidades en apenas tres meses de dependencia de la tecnología.

Todos aquellos que no se formen en competencias de IA están condenados a perder su trabajo
Sin embargo, no todos los análisis coinciden con esta visión catastrófica. Un estudio reciente sostiene que, aunque existen preocupaciones legítimas sobre el desempleo, la IA no representa una amenaza existencial a corto plazo. Esta perspectiva más optimista choca frontalmente con los datos que Preston maneja desde las oficinas de Goodwill.
En el extremo opuesto, intelectuales como Yuval Noah Harari van más allá y advierten que la inteligencia artificial podría acabar con el dominio humano si su desarrollo se descontrola. Entre el optimismo tecnológico y el pesimismo existencial, Preston ofrece una perspectiva más práctica basada en datos reales.
La propuesta del CEO de Goodwill es clara: adaptarse o quedarse fuera del mercado. Los jóvenes necesitan desarrollar competencias digitales reales, no simplemente saber manejar aplicaciones móviles. Dominar herramientas como Microsoft Excel, Google Docs y plataformas de IA como ChatGPT se ha convertido en requisito básico para cualquier empleo.
También recomienda explorar sectores en crecimiento que no requieren titulación superior, como la tecnología limpia. La instalación de paneles solares y mantenimiento de puntos de carga para vehículos eléctricos ofrecen oportunidades laborales sin necesidad de pasar por la universidad, un sector que experimenta un crecimiento sostenido.
Preston tiene una advertencia especial para los trabajadores de mediana edad: quienes no adquieran estas competencias digitales quedan excluidos de gran parte del mercado laboral, independientemente de su experiencia previa. Pero también ofrece casos de éxito: personas que han pasado de situaciones extremas a empleos en Accenture y Google tras completar programas intensivos de capacitación tecnológica.