Un avión recibe un golpe de un objeto caído del espacio en pleno vuelo. Ni siquiera los expertos saben de qué se trata

La NTSB investiga el impacto que sufrió un Boeing 737 MAX sobre Utah sin confirmar aún su origen

Un avión recibe un golpe de un objeto caído del espacio en pleno vuelo. Ni siquiera los expertos saben de qué se trata
El parabrisas del Boeing 737 MAX quedó severamente dañado tras el impacto a más de 30.000 pies de altitud
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

Un vuelo de United Airlines que cubría la ruta entre Denver y Los Ángeles sufrió el jueves pasado un impacto contra su parabrisas mientras sobrevolaba Utah. El objeto causó grietas importantes en una de las ventanas delanteras del Boeing 737 MAX y varios cortes en el brazo del piloto por los cristales. El avión volaba por encima de los 30.000 pies cuando se produjo el golpe, probablemente cerca de los 36.000 pies. A pesar del susto, la aeronave aterrizó sin problemas en Salt Lake City tras desviarse de su ruta original.

Según se recoge en Ars Technica, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte confirmó el domingo que está investigando el incidente. La agencia federal anunció en X que está recopilando datos de radar, información meteorológica y los registros de vuelo. El parabrisas dañado ya está en los laboratorios de la NTSB para su análisis. De momento, nadie ha confirmado qué golpeó al avión.

Qué pudo ser

El capitán del vuelo describió el objeto como "desechos espaciales", pero es solo su impresión. El impacto se produjo en la parte superior derecha de la ventana y afectó incluso al marco metálico, según muestran las fotos. Los parabrisas de los aviones comerciales tienen varias capas de cristal con laminado, así que la ventana no estalló y la cabina mantuvo su presión. Sin esa estructura, la historia habría sido muy diferente.

Las opciones sobre qué pudo ser son limitadas. Muy pocas aves vuelan por encima de los 30.000 pies. El buitre de Rüppell es el ave que más alto vuela en el mundo, pero solo se encuentra en África, no en Norteamérica. Un globo meteorológico no regulado también entra en la lista de posibilidades, aunque no está claro si llevaría suficiente velocidad como para causar ese tipo de daño.

El granizo es otra posible explicación, pero las condiciones meteorológicas del jueves no cuadran demasiado con esa teoría. Así que, descartando lo improbable, solo queda un objeto del espacio. El problema es saber si fue un meteorito o basura espacial. Los expertos creen que lo primero es más probable que lo segundo, por pura estadística.

Un estudio reciente publicado en la revista Geology calcula que unos 17.000 meteoritos impactan contra la Tierra cada año. Esa cifra supera en al menos diez veces la cantidad de chatarra espacial de origen humano que sobrevive a la reentrada en la atmósfera. La mayoría de los desechos artificiales se desintegran mucho antes de llegar a las altitudes donde vuelan los aviones comerciales. Por eso los científicos apuestan más por el meteorito.

Photo NOT confirmed

Hearing there were scorch-marks, so space-debris or meteorite. THOSE ARE TWO THEORIES

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— JonNYC (@xjonnyc.bsky.social) 17 de octubre de 2025, 20:39

No sería la primera vez que objetos del espacio cruzan nuestra atmósfera a gran velocidad. Un meteoro surcó España a 161.000 kilómetros por hora hace un tiempo, según explicó el CSIC tras analizar el fenómeno. El fragmento impactó contra la atmósfera a esa celeridad imposible y se desintegró a 60 kilómetros de la superficie terrestre, lo que da una idea de la fuerza que pueden llevar estos objetos.

Los objetos cercanos a la Tierra no son ninguna novedad para los científicos. Un asteroide capaz de arrasar ciudades apareció hace poco desde una zona inesperada del sistema solar, el 2024 YR4. El objeto tiene entre 30 y 65 metros de diámetro y su trayectoria retrógrada lo convierte en un caso de estudio interesante para entender cómo se mueven estos cuerpos por el sistema solar.

Si hablamos de meteoritos, hay que recordar que vienen de todos los rincones del sistema solar. El meteorito que acabó con los dinosaurios procedía de más allá de Júpiter, mucho más lejos de lo que se pensaba inicialmente. Aquel impacto levantó una nube de polvo que bloqueó la luz del Sol durante años y colapsó la cadena alimentaria. No es que vayamos a comparar ambos casos, pero sirve para poner en perspectiva de dónde pueden venir estas rocas.

El análisis del cristal y el metal impactados debería revelar el origen del objeto. Los laboratorios de la NTSB tienen tecnología para identificar la composición química y la estructura del material. Un análisis cuidadoso del vidrio y el metal permitirá saber si fue un meteorito, basura espacial o alguna otra cosa, y ese dato será importante para entender mejor qué riesgos enfrenta la aviación comercial a esas altitudes.

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