Un directivo de OpenAI dimite tras hacerse públicos sus lazos con el escándalo público más comentado del momento
El ex secretario del Tesoro de EE.UU , Larry Summers, abandona la junta directiva de la empresa de inteligencia artificial tras verse envuelto en una crisis personal que le relaciona con una de las personas más infames del mundo
OpenAI, una de las compañías de inteligencia artificial más influyentes del mundo, se encuentra inmersa en una crisis institucional tras la dimisión de uno de los miembros más prominentes de su junta directiva, la decisión se produce en un momento de máxima presión pública y política sobre el directivo, cuyo nombre había saltado a los titulares en los últimos días por su conexión con uno de los escándalos más comentados últimamente.
"En consonancia con mi anuncio de retirarme de mis compromisos públicos, también he decidido dimitir de la junta directiva de OpenAI", declaró Jerry Summers en un comunicado realizado para Business Insider, la empresa, respondió que respeta su decisión y agradeció sus "numerosas contribuciones".
Comunicaciones personales y consejos románticos
El detonante de la crisis fue la publicación la semana pasada de más de 20.000 documentos por parte del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, obtenidos del patrimonio del controversial Jeffrey Epstein.
Entre estos archivos se encontraron años de correspondencia personal entre Summers y Epstein que se extendía hasta el 5 de julio de 2019, apenas un día antes de que el financiero fuera arrestado por cargos de tráfico sexual y un mes antes de su muerte.
La naturaleza de los intercambios fue notablemente personal, los correos muestran que Summers pedía regularmente consejo romántico a Epstein, quien respondía asegurando que era "bastante buen wing man" (compañero de conquista).
En un intercambio de marzo de 2019, ambos debatían si Summers debería enviar una declaración de amor escrita a una mujer de su interés, con Epstein advirtiendo que sería de "MAL GUSTO", un consejo sorprendentemente sólido, argumentando que "esta persona te importa mucho, una nota no refleja la profundidad de tus sentimientos".
Más allá de estas conversaciones relativamente normales, los comentarios que condenaron a Summers fueron aquellos en los que le revelaba a Epstein su opinión sobre las mujeres, escribiendo varias bromas sobre la inteligencia de todas las personas del género y lamentándose de que los hombres que «coquetean» con mujeres en el trabajo puedan afrontar consecuencias negativas para su carrera.
Las respuestas a la aparición de estos correos no se hizo de esperar, la demócrata Elizabeth Warren, senadora de Massachusetts y ex profesora de Harvard, declaró que Summers había demostrado un "juicio monumentalmente malo" y no podía ser "confiado para asesorar a los políticos, legisladores e instituciones de nuestra nación", e instó a Harvard, instutución que Summers presidió hasta 2006, cuando fue forzado a dimitir al ser acusado de mantener conductas machistas, y donde aún impartía clases, a cortar lazos con el ex tesorero.
Finalmente, Harvard respondió a las presiones (aparte de Warren, otras figuras criticaron su comportamiento, Donald Trump, por ejemplo, ordenó al Departamento de Justicia que investigara la naturaleza de su relación con Epstein), anunciando que iniciaría una "exhaustiva investigación".
Aunque inicialmente Summers dijo que continuaría enseñando, finalmente anunció que no completaría el semestre y que se tomaría un "descanso" de su cargo como director del Centro Mossavar-Rahmani para Negocios y Gobierno en la Escuela Kennedy de Harvard.
Por otra parte, el New York Times anunció no renovará el contrato de Summers como periodista de opinión, y Bloomberg también confirmó que dejará de contar con él como colaborador remunerado.
La noticia resonó tanto que llegó a cruzar el océano Atlántico, puesto que Summers también anunció su renuncia al puesto que ocupaba en la junta asesora internacional del Banco Santander. Si esto no es una advertencia sobre la importancia de escoger bien a tus amigos, no sé qué lo será.