Un experto lo tiene claro sobre aprender a programar hoy en día: "Es peor que tatuarse la cara"
El analista Ian Bremmer considera que recomendar programación a los jóvenes es ahora contraproducente debido al impacto de la inteligencia artificial en el sector

Durante años, "aprende a programar" era el consejo que todo el mundo daba a los jóvenes. Ahora, el analista de riesgo Ian Bremmer lo tiene claro: esa recomendación es peor que hacerse un tatuaje en la cara. Lo dijo sin pelos en la lengua durante su aparición en Real Time with Bill Maher, y la razón es más seria de lo que parece.
La cosa es que los números no mienten. Un informe de la Reserva Federal de Nueva York muestra que los graduados en Ciencias de la Computación tienen una tasa de desempleo del 6,1%, mientras que los de Ingeniería Informática llegan al 7,5%. Como recoge Futurism, estas cifras están por encima del promedio general de graduados.
Saber programar ya no es lo que era
Bremmer describió una realidad bastante cruda: profesionales que tenían trabajos cómodos como desarrolladores de software ahora venden su plasma para sobrevivir. Es un cambio radical si tenemos en cuenta que hace cinco años era el mejor consejo que podías dar a cualquier joven que quisiera un futuro estable.
El problema no es solo que haya menos trabajo. Es que ahora todo el mundo habla de "aprende IA" como si fuera la solución mágica. Joe Procopio, fundador tecnológico, no se muerde la lengua: ya hemos creado una generación de "talento en IA" que programa con GitHub Copilot, pero eso no está generando mejores aplicaciones, sino basura algorítmica.
Las grandes tecnológicas dicen una cosa y hacen otra. Google asegura que la IA no será una amenaza para los programadores, que solo automatizará las tareas más aburridas. Pero luego ves las cifras reales de paro en el sector y la historia cambia bastante.
Mark Zuckerberg es más directo. El CEO de Meta predice que para 2025 habrá una IA capaz de sustituir a los ingenieros de nivel medio, automatizando la escritura de código. Y no es ciencia ficción: ya existen herramientas que pueden crear páginas web con un simple boceto.
Hay casos que lo dejan todo bastante claro. Un empresario despidió al 90% de sus programadores para sustituirlos por IA, pero después tuvo que salir corriendo a LinkedIn a buscar nuevos ingenieros. Muestra que la IA tiene límites muy claros, pero también que el mercado laboral está que echa humo.
¿Y qué pasa con toda la gente que estudió programación? Pues que se encuentran en una situación bastante complicada. Las habilidades técnicas que aprendieron durante años pierden valor de la noche a la mañana, y no hay un camino claro para reconvertirse. Es como si les hubieran cambiado las reglas del juego a mitad de partida.
Como dice Procopio, la solución no está en crear más programadores mediocres que sepan usar IA. Lo que hace falta es replantear completamente cómo trabajamos con la tecnología. Porque está claro que el mercado laboral tecnológico está cambiando más rápido de lo que nadie esperaba.