Por qué es tan difícil que tu madre se pase a Telegram

Por qué es tan difícil que tu madre se pase a Telegram

WhatsApp, ese gran gigante de la mensajería instantánea que todos conocemos, usamos y que, sin embargo, deja tantísimo que desear. No sé tú, pero yo estoy cansado de decirle a mis familiares y amigos que se pasen a Telegram y dejen WhatsApp de una vez, y aunque insisto, insisto e insisto, siguen en sus trece. ¿Por qué es tan difícil que un usuario abra los ojos y se de cuenta de que hay alternativas mejores que WhatsApp? Pues es más sencillo de lo que parece, aunque me duela.

He puesto en común las excusas que mis círculos cercanos suelen poner cuando les pregunto por qué no usan Telegram, y hay una que siempre sale a la luz. Esa excusa, irrefutable por otro lado, es la que hace que WhatsApp no solo sea imparable, sino que otras alternativas no tengan nada que hacer. El motivo es el siguiente.

"Porque WhatsApp lo usa todo el mundo"

Tamaños de emojis Whatsapp

Esa es la excusa que siempre me da todo el mundo: "¿Para qué voy a dejar WhatsApp si allí tengo a todos mis contactos?". Y es una verdad como un templo. WhatsApp fue la primera aplicación de este sector (en llegar a España, al menos). Hasta el momento estaba Tuenti y su chat, pero claro, tenía el inconveniente de que tenías que tener agregada a la persona como amigo, y no siempre era el caso. De hecho, había mucha gente que no tenía Tuenti, por lo que la mensajería con esas personas quedaba reducida a los SMS.

WhatsApp llegó, y fue la primera en aparecer en nuestras vidas. 2009 fue la fecha de su lanzamiento en iOS, 2012 la fecha en la que se empezó a hablar del "Efecto WhatsApp", y a día de hoy es una app imprescindible en nuestras vidas. WhatsApp se hizo viral, todo el mundo la usaba, y la gente se acostumbró a ella. ¿Mensajes gratis y por Internet? ¿Dónde firmo? Era normal escuchar "¿No usas WhatsApp?", "¿Todavía no tienes WhatsApp?"...

Y aquí llega el problema. WhatsApp empezó como una moda entre jóvenes, un chat entre amigos que los padres no entendían. "¿Ya estás otra vez con el WhatsApp?", "A ver si dejas ya el WhatsApp, eh" y frases por el estilo eran propias de los padres de 2010-2011, hasta que ellos dejaron sus viejos Nokia y se compraron un smartphone con Android o un iPhone, probaron WhatsApp y empezó el acabose.

Ni quiero ni me merece la pena

WhatsApp Telegram diferencia fundamental

Primero tuvieron que aprender a usar el móvil, luego a descargar apps y luego a usar WhatsApp. Y les costó (yo lo viví en mis carnes). Ahora, años después, cuando hay decenas de alternativas potentes como Telegram o incluso Google Allo, los padres, y todo el mundo en general, no están dispuestos a tener que volver a aprender a usar una app. Ya usan WhatsApp, donde están todos sus contactos, y con eso tienen de sobra. Esto mismo lo podemos extrapolar a cualquier aplicación que se te ocurra. Dile a tu padre que deje Facebook y se meta en Twitter, a ver qué te dice.

Es la pescadilla que se muerde la cola. No hay contactos en Telegram porque todo el mundo piensa que no tienen contactos en Telegram, y así sucesivamente. En definitiva, a lo que quiero llegar es a que ni tu madre ni nadie quiere usar Telegram porque 1) aunque la curva de aprendizaje es mínima no están dispuestos a superarla y 2) porque eso mismo provoca que "no haya nadie" y, por tanto, se retroalimente el argumento de que no tienen contactos allí.

WhatsApp ha llegado para quedarse, y el resto de aplicaciones tendrán que conformarse con quedarse con las migajas, con la gente que busca cosas nuevas y mejores.

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