Nothing Headphone (1), análisis: el Walkman del futuro que ha viajado en el tiempo para recordarnos cómo se deben hacer las cosas

Después de hacerse un nombre con sus auriculares true wireless y sus smartphones, Nothing quiere demostrar si su icónica filosofía de diseño y su obsesión por la experiencia de usuario tienen hueco en un nuevo mercado

Nothing Headphone (1), análisis: el Walkman del futuro que ha viajado en el tiempo para recordarnos cómo se deben hacer las cosas
Nothing dice que son "Blancos", pero estos Headphone (1) tienen más partes de color gris / Fotografía de Christian Collado
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En un mercado tecnológico que tiende a la monotonía, con productos que parecen clones unos de otros, la llegada de un nuevo dispositivo de Nothing siempre es un soplo de aire fresco. La compañía de Carl Pei se ha ganado a pulso la fama de hacer las cosas de forma diferente, de poner el diseño y la experiencia de usuario en el centro de todo, y de no tener miedo a ir a contracorriente. Y después de habernos conquistado con sus smartphones como los modelos (3a) y (3a) Pro y sus auriculares de tipo in-ear con su serie Ear, llega el momento de la verdad: su primer asalto a la categoría reina del audio personal, los auriculares de diadema con cancelación de ruido. Y su primera propuesta son estos Nothing Headphone (1).

He pasado las últimas semanas con ellos como mis auriculares principales. Los he llevado en viajes, en la oficina, en casa... los he sometido a largas sesiones de música, podcasts y videollamadas. Y os adelanto que la espera ha merecido, y mucho, la pena. Nothing no solo ha conseguido crear unos auriculares que suenan de maravilla, sino que ha fabricado un objeto de deseo, un producto con alma que se siente especial desde el primer momento en que lo sacas de la caja.

No son perfectos, claro que no. Y tienen algunos matices importantes que es crucial conocer antes de lanzarse a por ellos. Pero por 299 euros, lo que Nothing ha puesto sobre la mesa con su primer intento en esta categoría no es solo un producto recomendable. Es toda una declaración de intenciones y, en mi opinión, una bofetada a una industria que a veces parece haberse olvidado de lo más importante: la interacción y las sensaciones.

Precio de los Nothing Headphone (1) y dónde comprarlos

En España, los primeros auriculares de diadema de Nothing tienen un precio de 299 euros. Se pueden comprar a través de la tienda online oficial de la marca, Nothing.tech, y también en los principales canales de distribución.

El período de pre-venta arranca el día 4 de julio, y las ventas darán comienzo el día 15 de este mismo mes.

Diseño y controles: únicos en su especie

Nothing Headphone 1 en el estuche abierto

Los auriculares, en el interior del estuche de fieltro incluido / Fotografía de Christian Collado

Lo primero que te enamora de los Headphone (1) es, sin duda, su diseño. Nothing ha conseguido trasladar su filosofía de diseño transparente a un formato de diadema de una manera absolutamente fantástica. Lejos de ser un simple truco estético, los elementos transparentes en las copas, que dejan entrever algunos componentes internos y las cámaras acústicas, se combinan con el aluminio moldeado y los plásticos de alta calidad para crear un conjunto que se siente a la vez moderno y extrañamente familiar.

En una era en la que casi todos los fabricantes han apostado por paneles táctiles a menudo imprecisos, confusos y frustrantes, Nothing ha decidido dar un volantazo y volver a lo físico, a lo táctil, a lo que simplemente funciona.

En mi experiencia, el diseño tiene un aire retro muy llamativo, que recuerda irremediablemente a los casetes de los 80 o a los reproductores de audio de alta fidelidad de antaño. Es un diseño industrial, con líneas limpias y una atención al detalle exquisita, pero que a la vez resulta cálido y cercano. Es, en definitiva, un producto que no quiere esconderse, sino que está diseñado para que se vea.

Pero la verdadera genialidad, lo que para mí eleva a estos auriculares a otro nivel y demuestra que la filosofía de Nothing va mucho más allá de la simple "transparencia", son sus controles físicos. En una era en la que casi todos los fabricantes han apostado por paneles táctiles a menudo imprecisos, confusos y frustrantes, Nothing ha decidido dar un volantazo y volver a lo físico, a lo táctil, a lo que simplemente funciona. Y la ejecución es, sencillamente, exquisita.

Primer plano del roller

El "Roller" es la rueda que permite controlar el nivel de volumen de los Headphone (1) / Fotografía de Christian Collado

Tenemos tres elementos principales: el Roller, una rueda en forma de "píldora" que gira con una precisión y un tacto increíblemente satisfactorios para ajustar el volumen y que, al pulsarla, controla la reproducción. El Paddle, una pequeña palanca que se empuja a izquierda o derecha para cambiar de canción, con un clic firme y definido. Y el Button, un botón personalizable del que hablaré más adelante. Usar estos controles es una auténtica delicia. Es una interacción precisa, fiable y que te conecta con la música de una forma mucho más directa. Es, como decía, una bofetada sin manos a toda una industria que había decidido que frotar una superficie de plástico era el futuro. No, no lo era. El futuro era esto.

Evidentemente, un diseño espectacular no sirve de nada si los auriculares son incómodos. Y los Headphone (1) son, en general, muy cómodos. La diadema está generosamente acolchada y las almohadillas, fabricadas en una suave espuma viscoelástica recubierta de piel sintética PU, se adaptan perfectamente a la forma de las orejas, creando un buen sellado y distribuyendo la presión de manera uniforme. Son resistentes al sudor y la grasa, y he podido llevarlos durante sesiones de dos o tres horas sin ningún problema.

Auriculares en las manos

Primer plano de los controles y la diadema del Nothing Headphone (1) / Fotografía de Christian Collado

Sin embargo, aquí he encontrado una pequeña pega, uno de esos matices que los diferencian de modelos más caros. La diadema, aunque cómoda, tiene una cierta "rigidez". No es tan flexible como la de otros auriculares de gama alta, como los Sony WH-1000XM6. Esto significa que, después de un uso muy, muy prolongado (pensemos en un vuelo transatlántico o una jornada completa de trabajo con ellos puestos), he llegado a notar una ligera molestia o un punto de presión en la parte superior de la cabeza. No es algo grave ni que ocurra en el uso diario normal, pero es un pequeño detalle que demuestra que, en la perfección ergonómica para maratones de escucha, todavía hay un pequeño margen de mejora.

La experiencia auditiva: el toque de KEF (y de la app)

Estuches de diadema

Las almohadillas son grandes y cómodas, y ofrecen un buen aislamiento / Fotografía de Christian Collado

Nothing sabía que para su debut en la gama alta de audio de diadema necesitaba un aliado de prestigio. Y no podría haber elegido mejor: la icónica firma británica de alta fidelidad, KEF. Esta colaboración no es puro marketing; se nota desde la primera nota que aquí ha habido un trabajo de ingeniería acústica muy serio.

Los Headphone (1) montan un driver dinámico de 40 mm hecho a medida que, según las especificaciones, utiliza materiales de alta calidad para minimizar la distorsión y ofrecer un sonido limpio y preciso. Y en la práctica, así es. La primera vez que te los pones, el sonido que te encuentras es extremadamente claro, detallado y con un equilibrio tonal muy bueno. Se nota la mano de KEF en la búsqueda de un perfil de sonido fiel y natural.

Sin embargo, en mi primera escucha, con la configuración de fábrica, noté que al sonido, aunque muy nítido, le faltaba algo de pegada en los graves, un poco de esa "profundidad" que se suele ver en los auriculares de gamas superiores. Mi primera impresión fue de una ligera decepción en este aspecto.

App de Nothing X

Aplicación de Nothing X en un smartphone / Fotografía de Christian Collado

Pero entonces, abrí la app Nothing X y activé la función de refuerzo de graves. Y de repente, todo cambió. Con esta función activada, los graves cobran vida, se vuelven profundos y contundentes, pero sin llegar a emborronar las frecuencias medias ni los agudos. El sonido se transforma por completo, pasando de ser correcto a ser mucho más "vibrante".

Entiendo que Nothing y KEF han querido ofrecer un perfil de sonido neutro y de alta fidelidad de serie, dejando al usuario la opción de añadir ese "punch" extra a través del software. Es una decisión de diseño respetable, pero es importante que los usuarios sepan que para sacarles todo el partido, es casi imprescindible pasar por la app y activar esta función.

En cuanto a la cancelación de ruido activa, me ha sorprendido muy gratamente. Nothing ha implementado un sistema híbrido avanzado que se adapta en tiempo real al entorno y que, además, analiza cada pocos milisegundos el posible "escape" de ruido entre la almohadilla y la oreja para ajustar la cancelación. En mis pruebas en el tren, en casa y en la calle, el resultado ha sido muy bueno. Consigue eliminar casi por completo los ruidos de baja frecuencia y atenúa de forma muy eficaz las conversaciones y otros ruidos más agudos.

¿Está al nivel de la magia casi irreal de los Sony WH-1000XM6? No, siendo honestos, los Sony siguen jugando en otra liga en cuanto a cancelación pura y dura. Pero los Headphone (1) se quedan en un escalón muy, muy cercano, y teniendo en cuenta que cuestan casi 200 euros menos, puedo afirmar sin dudarlo que son, probablemente, los mejores auriculares en cancelación de ruido que se pueden encontrar en su rango de precio. El modo Transparencia también funciona a la perfección, dejando pasar el sonido ambiente de forma clara y natural cuando lo necesitas.

Una app que da gusto usar y una autonomía que no defrauda

Nothing Headphone (1)

Nothing Headphone (1) en la app Nothing X / Fotografía de Christian Collado

Si hay un aspecto en el que Nothing está, literalmente, a años luz de la mayoría de su competencia, es en el software que acompaña a su hardware. La aplicación Nothing X es el ejemplo perfecto de cómo se deben hacer las cosas. Mientras que otras marcas te ofrecen apps con diseños anticuados, interfaces confusas y una experiencia de usuario torpe, la app de Nothing es una auténtica delicia.

Tiene un diseño limpio, minimalista, con la icónica tipografía de matriz de puntos de la marca y unas animaciones fluidas que hacen que navegar por ella sea un placer. Con otros auriculares, a menudo me da pereza descargarme la app complementaria porque sé que va a ser una experiencia frustrante. Con los Headphone (1), la app te invita a descargarla, a usarla, a explorar sus opciones y hasta a dejar su icono en la pantalla de inicio de lo bonita que es y lo bien que funciona.

Puerto de carga

El puerto USB-C y el interruptor de encendido de los Nothing Headphone (1) / Fotografía de Christian Collado

Y no es solo una cara bonita. La app ofrece un control total sobre los auriculares. Desde aquí podemos activar la potenciación de graves, ajustar la cancelación de ruido, personalizar los controles y, lo más importante, jugar con su ecualizador avanzado de 8 bandas. Esto te permite moldear el sonido a tu gusto con una precisión mucho mayor que los típicos ajustes de "graves y agudos".

Además, la app permite configurar la función estrella del "Button": Channel Hop. Esta función, disponible de momento en los teléfonos de Nothing, permite, con una sola pulsación, saltar entre tus aplicaciones de audio recientes. Así, si por ejemplo, eres de los que usan varias plataformas de música en streaming, no tienes que preocuparte por ir cambiando entre una y otra; los auriculares lo hacen por ti.

Estuche cerrado

El estuche de los Nothing Headphone (1), cerrados / Fotografía de Christian Collado

En cuanto a la batería, los Headphone (1) cumplen con nota. Nothing promete hasta 35 horas de reproducción con la cancelación de ruido activada, y 80 horas si la desactivamos. En mis semanas de prueba, con un uso mixto de ANC activado en transporte público y desactivado en casa, he podido usarlos durante una semana laboral completa de desplazamientos y trabajo sin necesidad de cargarlos. La autonomía es más que suficiente para la gran mayoría de usuarios. Y si te quedas sin batería, la carga rápida te salva: con solo 5 minutos de carga, tienes para casi 2 horas y media de escucha con ANC.

Conclusión: ¿valen la pena los Nothing Headphone (1)?

Nothing Headphone 1 y gatito

Los Nothing Headphone (1) son, ante todo, un producto con muchísima personalidad / Fotografía de Christian Collado

Llegar a un mercado tan maduro y dominado como el de los auriculares de diadema y hacerlo con un primer producto tan redondo es una hazaña al alcance de muy pocas compañías. Y Nothing lo ha conseguido. Los Headphone (1) son un debut magistral, un auténtico golpe sobre la mesa que demuestra que la marca londinense va muy en serio.

Como dije al principio del análisis, no son perfectos. La diadema podría ser un poco más flexible para maratones de escucha, y el perfil de sonido de serie quizás resulte demasiado plano para los amantes de los graves (aunque se soluciona fácilmente con la app). Pero sus virtudes eclipsan por completo estos pequeños matices.

Sound by KEF

La firma de KEF se nota, y mucho, en el perfil de sonido de estos auriculares / Fotografía de Christian Collado

Ofrecen un diseño icónico, original y con una calidad de construcción excelente. Sus controles físicos son, sencillamente, los mejores que he probado en unos auriculares de este tipo, un ejemplo de cómo priorizar la experiencia de usuario por encima de las modas. La calidad de sonido, con el toque de KEF y el ajuste adecuado, es muy, muy buena. La cancelación de ruido es de primer nivel para su precio, y la experiencia con la aplicación Nothing X es, simplemente, insuperable.

Por 299 euros, los Nothing Headphone (1) no solo son unos fantásticos auriculares de diadema, sino que son capaces de competir de tú a tú, y en algunos aspectos incluso superar, a modelos de marcas mucho más establecidas y con más experiencia en esta categoría. Son un producto con alma, con una personalidad arrolladora y que te hace disfrutar de la tecnología de una forma más personal y divertida. Si buscas unos auriculares que se vean diferentes, se sientan diferentes y suenen de maravilla, no busques más. Nothing ha vuelto a dar en el clavo.

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