Científicos descubren al 'superdepredador' marino que devoraba orcas y competía con el megalodón

Identifican un 'superdepredador' de nivel 7 que reinó hace 130 millones de años. Estos reptiles marinos cazaban a otros depredadores gigantes, superando en jerarquía a las orcas actuales

Científicos descubren al 'superdepredador' marino que devoraba orcas y competía con el megalodón
El hallazgo revela una cadena trófica prehistórica más compleja que la actual. Estas bestias ocupaban una cima evolutiva inédita, alimentándose de lo que hoy consideramos intocable
Publicado en Ciencia
Por por Sergio Agudo

Creíamos que el tiburón blanco o la orca marcaban el tope biológico del océano, pero la prehistoria nos acaba de demostrar que estamos muy equivocados. Hace 130 millones de años, las aguas escondían bestias que ocupaban un escalón trófico desconocido hasta ahora, depredando habitualmente sobre animales que nosotros considerábamos intocables.

El estudio se publica en el Zoological Journal of the Linnean Society, donde los investigadores describen fósiles de reptiles marinos clasificados en el nivel trófico 7. Para ponerlo en perspectiva: estos animales se alimentaban de los grandes depredadores que, a su vez, comían carne. Es una jerarquía de violencia biológica sin equivalente moderno, situándolos muy por encima de cualquier criatura actual.

Comerse al rey de la selva

Este hallazgo obliga a replantearse quién mandaba realmente en el pasado, algo similar a cuando descubrimos que el T-Rex era muy diferente a la imagen de película que teníamos. Aquí no hablamos solo de tamaño, sino de una superioridad funcional absoluta: estos reptiles necesitaban una arquitectura física capaz de abatir y procesar presas que ya eran gigantescas de por sí.

Para sostener a semejantes monstruos, el océano debía ser un caldo de cultivo de biomasa brutal. Igual que el hallazgo de aquel ser de 15 millones de años nos ayudó a reconstruir climas perdidos, la existencia de un nivel 7 implica una red alimentaria riquísima y estable, muy lejos de la fragilidad actual donde los insectos desaparecen y amenazan con tumbar todo el sistema desde la base.

La naturaleza antigua jugaba con escalas que hoy nos parecen ridículas. A veces nos asustamos con noticias menores, como la de la telaraña más grande del mundo, pero eso es anécdota comparado con estos leviatanes. Su dominio sugiere una longevidad evolutiva exitosa, comparable a la resistencia de especies como ese cocodrilo de 12 millones de años, demostrando que ser gigante y letal fue una estrategia válida durante milenios.

Estamos ante la evidencia de una guerra evolutiva mucho más compleja de lo que pensábamos. Estos depredadores no competían por las sobras; cazaban activamente a los equivalentes de nuestras orcas. El descubrimiento redefine el concepto de "superdepredador", confirmando que hubo un tiempo en el que ser el pez más gordo del estanque solo significaba que eras un almuerzo más contundente para alguien todavía peor.

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