Qué pasó con la BlackBery Priv, uno de los últimos Android con teclado físico
La BlackBerry Priv fue el primer intento de RIM de intentar retomar el trono de la industria móvil alineándose co los gustos de los usuarios. La experiencia no les fue tan bien como esperaban.
BlackBerry es uno de tantos antiguos gigantes de la industria que ha desaparecido. Hace casi un año la firma daba su adiós definitivo después de mucho tiempo intentando calar en una industria que había acabado por cerrarle la puerta de forma definitiva. Y vaya si la marca lo intentó... primero con una versión modernizada de su propio sistema operativo, para después crear algunos smartphones con Android antes de la caída definitiva en desgracia.
Precisamente uno de esos smartphones Android fue el último que incorporó un teclado físico de todo el ecosistema del robot verde. Nos referimos al BlackBerry Priv, un dispositivo que nos dejó muy buenas impresiones cuando lo probamos en el CES de Las Vegas de 2016. Y sin embargo, no corrió la suerte que desde la empresa esperaban...
Un teléfono hecho para gustar a usuarios y empresas
Hay que retroceder un poco en el tiempo para empezar a contar esta historia. Tenemos que retrotraernos a los tiempos en los que BlackBerry, todavía en propiedad de Research In Motion (RIM a partir de ahora), tenía un eminente dominio entre los ejecutivos y los cargos gubernamentales. Sus protocolos eran considerados de lo más seguro por entonces, tiene su lógica.
Antes que eso incluso habían llegado a liderar el mercado móvil mundial, pero perdieron el favor de los usuarios. El público acabó decantándose por Apple y Android en el sector más generalista, en parte gracias a la abundancia de aplicaciones para estos sistemas, en parte gracias a lo intuitivos que resultaban a la hora de manejarlos.
Estamos en 2015 y BlackBerry 10, última versión de su sistema operativo propietario, añade una capa de compatibilidad con Android para intentar que sus dispositivos se congracien más con las preferencias de los usuarios. Sabiendo que posiblemente no sería un esfuerzo suficiente, RIM ya llevaba tiempo desarrollando un terminal que fuese capaz de adaptarse a las preferencias de los usuarios de por entonces. El 6 de noviembre de 2015 es cuando finalmente la BlackBerry Priv se pone a la venta.
¿Tenía la BlackBerry Priv todo para triunfar?
Parte delantera y trasera de la BlackBerry Priv
Desde el minuto 0 los responsables de RIM dijeron que estaban desarrollando un teléfono Android de gama alta cuando se empezaron a conocer los primeros detalles del dispositivo. La idea de BlackBerry era ofrecer una experiencia lo más cercana posible a Android puro, a la par que lo vitaminaban con los productos propios que habían hecho de su software algo tan reconocido en materia de privacidad y seguridad.
Sus especificaciones cuadraban con los gama alta de la época: procesador Qualcomm Snapdragon 808, 3 GB de memoria RAM y 32 GB de memoria interna (que se podía ampliar hasta 1 TB con tarjetas microSD). Incorporaba también una batería de 3.410 mAh y ofrecía soporte para carga inalámbrica. También destacaba su pantalla de 5,43 pulgadas AMOLED con resolución de 2560 x 1440 píxels.
La Priv contaba con cámaras muy prometedoras para la época: un sensor trasero de 18 MP y uno delantero de 5 y, finalmente, un teclado físico que se ocultaba bajo la pantalla mediante un movimiento deslizante. Su precio de salida fue de 779 euros, ligeramente más caro que los gama alta de la época. Entonces se rebasaba tímidamente la barrera psicológica de los 600 euros, pero no tanto.
La BlackBerry Priv llegaba con Android 5.1.1 Lollipop y la promesa de actualizar a Android 6.0.1 Marshmallow, y aquí llegaban las primeras dudas sobre su viabilidad: el dichoso asunto del soporte. Desde RIM sí confirmaron que se actualizaría a Android 6.0.1, pero guardaban silencio cuando se les preguntaba por futuras actualizaciones.
Una recepción fría y un rápido abandono
Así se veía Android en la BlackBerry Priv
Los medios especializados en su momento no le dieron la cálida bienvenida que la empresa canadiense esperaba. En algunos medios se alababa su diseño, en otros se criticaba su calidad de construcción y que no se hubiesen usado materiales más premium en sus acabados.
También se criticó la pantalla curvada, algo que en su momento parecía que no iba a acabar de arrancar y que después adoptaron multitud de fabricantes. El ejemplo más reciente, Samsung y sus Galaxy S23 Ultra, que ya hemos poidio probar. Igualmente, la firma coreana lleva tiempo experimentando con las pantallas curvas y fabricantes como Xiaomi también las han abrazado con los años.
Tanto los medios, como los usuarios que pudieron acceder a una, fueron muy críticos por los lagueos y la poca fluidez del sistema operativo en un teléfono de gama alta, situándose en los principales benchmarks por detrás de los Nexus 6P y los Samsung Galaxy S6.
Al final, la BlackBerry Priv vendió 650.000 unidades en total, muy por debajo de las 800.000 que RIM había puesto como objetivo. Ejecutivos de operadoaras teléfonicas como AT&T comentaban a distintos medios que los usuarios habían devuelto muchos dispositivos, decepcionados con la experiencia después del precio que habían tenido que pagar.
Estaba claro que este dispositivo no iba a devolver a BlackBerry a la cima. Ni siquiera iba a sacarlos del barro. Pronto, quienes decidieron quedarse con los suyos se encontraron con un abandono total por parte de la empresa, que parecía más perdida que nunca y que no paraba de tomar decisiones equivocadas.
Finalmente, en junio de 2017 se descontinuaba la BlackBerry Priv. Con tan sólo dos años de vida, la ambiciosa apuesta de RIM por acoplarse al mercado Android iba a quedar en agua de borrajas. Una lástima que la empresa no supiese adaptarse a los tiempos. Veremos qué lugar ocupa la Priv en la futura película sobre BlackBerry.
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