Regreso al pasado: este fue el móvil que me hizo amar Android

El Motorola Moto G original llegó a mis manos allá por el año 2014 y puedo decir sin miedo que supuso un antes y un después. No fue mi primer smartphone Android, pero sí fue el que hizo que me enamorase del sistema operativo de Google.

En esos tiempos todavía se llevaba el root, el convertirse en "superusuario" para personalizar al máximo los dispositivos. CyanogenMod se convertía en tu fiel aliado y te permitía jugar con casi cualquier smartphone para darle una nueva vida. La tecnología ha avanzado bastante desde entonces, Android es mucho más maduro y ya prácticamente ve necesario arriesgarse a "toquetear" su móvil de esa manera.

Android estaba a punto de llegar a su versión 4.4 KitKat y recuerdo esperarlo con ansia, quería ver cómo mi nuevo Motorola mutaba con buenos añadidos. Se hablaba de este Moto G como un gama media con una gran relación calidad-precio y, como muchos otros, no pude resistirme. No sé con seguridad cuánto tiempo lo utilicé, pero si sé que guardo un muy buen recuerdo. El Moto G fue el comienzo.

¿Cómo era el Motorola Moto G?

Aunque la tendencia parece haberse detenido, los móviles han crecido mucho durante los últimos años. El smartphone de Motorola contaba con una pantalla de 4,5 pulgadas que hoy nos parecería diminuta, también con una resolución HD complicada de encontrar hoy en día más allá de la gama de entrada. El aprovechamiento del frontal tampoco iba muy allá, pero su diseño tenía bastante personalidad y contaba con carcasas intercambiables.

En su interior vivía uno de los procesadores de Qualcomm, eso no ha cambiado. Hablamos del Snapdragon 400, un chip de cuatro núcleos que se mueven 1.2 GHz. No era ningún portento, pero recuerdo que este Moto G se movía bien y ofrecía una buena experiencia de usuario. Tengo que decir que mi dispositivo anterior había sido un Huawei Y100, por lo que quizás era bastante fácil contentarme...

Por supuesto, olvídate de las cámaras múltiples. El smartphone de Motorola incorporaba una única cámara de 5 megapíxeles con la que se podían tomar fotografías, bueno, decentes. No era un espectáculo para la época, pero cumplía. Su cámara frontal, por otro lado, se quedaba en unos ínfimos 1,3 megapíxeles.

El móvil de Motorola llegaba con Android 4.3 de forma muy pura, apenas unos pocos añadidos de la compañía modificaban la apariencia de la creación de Google. A pesar de ser un gama media, rendía bastante bien y como dije anteriormente, no tardó mucho en actualizar a Android 4.4 KitKat.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces, pero el Motorola Moto G siempre tendrá un lugar en mi corazón. Probablemente no estaría escribiendo estas líneas si no lo hubiera tenido, ya que hizo nacer mi interés por el sistema operativo Android y me llevó a leer medios como Andro4all, en el que hoy trabajo cada día.

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