Giro en el mercado: un estudio revela que los europeos prefieren comprar un coche chino antes que uno estadounidense

Un estudio de Escalent revela que el 47% de los europeos consideraría comprar un coche chino frente al 44% que optaría por uno estadounidense, invirtiendo la tendencia del año pasado

Giro en el mercado: un estudio revela que los europeos prefieren comprar un coche chino antes que uno estadounidense
Las marcas chinas como BYD y MG han conseguido posicionarse en Europa ofreciendo coches eléctricos con buena autonomía y precios competitivos, algo que los fabricantes americanos no logran
Publicado en Movilidad
Por por Sergio Agudo

Cuando el MG 4 llegó a Europa en 2022, pocos apostaban por su éxito. Otro coche chino más, decían. Dos años después, ese "otro coche chino" vende más que muchos modelos europeos y forma parte de una tendencia que está cambiando el mercado: por primera vez, más europeos consideran comprar un coche chino que uno estadounidense.

Los datos del último estudio de Escalent lo confirman: el 47% de los encuestados consideraría un coche chino, mientras que solo el 44% optaría por uno americano. Según Inside EVs, hace apenas un año las tornas estaban cambiadas, con un 51% prefiriendo marcas estadounidenses frente al 31% que se decantaba por las chinas.

Lo que revelan realmente las cifras de confianza

Xiaomi SU7-portada

El Xiaomi SU7 es uno de los modelos más codiciados

La confianza en productos chinos ha subido del 12% al 19% en un año, mientras que la estadounidense ha bajado del 31% al 24%. Puede parecer poco, pero en un mercado tan conservador como el del automóvil, estos cambios indican algo más profundo que una simple moda.

Las razones van más allá de los coches. Las tensiones comerciales de la era Trump, las diferencias sobre Ucrania y la percepción de que Estados Unidos se aleja de Europa han pasado factura. Pero también hay motivos más prácticos: los americanos apenas tienen coches pequeños y eléctricos que encajen en las ciudades europeas.

Tomemos el BYD Dolphin como ejemplo. Las marcas chinas han duplicado su cuota precisamente porque ofrecen coches como este: 427 kilómetros de autonomía, carga rápida y un precio que ronda los 30.000 euros. Contra eso, ¿qué puede ofrecer Ford en eléctricos compactos? Prácticamente nada.

El problema para los chinos es que el 72% de los europeos cree que sus coches deberían ser más baratos que los que ya tienen. Solo un 13% pagaría más por un coche chino, aunque fuera objetivamente mejor. Esta mentalidad de "bueno y barato" limita mucho las ambiciones de las marcas asiáticas en segmentos premium.

MG lo entendió desde el principio. Su MG 4, con 435 kilómetros de autonomía por unos 30.000 euros, no intenta competir con un BMW i4; compite con el Volkswagen ID.3 y lo hace ofreciendo más prestaciones por menos dinero. Es una fórmula que está funcionando, como demuestran sus ventas.

OMODA 9

OMODA también se está ganando el favor de los coches europeos

BYD ha seguido la misma estrategia. Su Dolphin cuesta 29.990 euros con 427 kilómetros de autonomía, posicionándose como alternativa directa al Renault Zoe pero con mejor equipamiento y tecnología más moderna. No buscan el prestigio; buscan volumen, y lo están consiguiendo.

Pero no todo es importar desde China. Xpeng ha montado una fábrica en Austria para producir sus SUV G6 y G9. La producción local elimina aranceles y reduce los tiempos de entrega, pero también manda un mensaje: van en serio con Europa.

BYD ha ido más lejos: todos sus coches europeos se fabricarán en Europa. No es solo logística; es marketing. Un coche fabricado en Hungría se percibe diferente que uno que llega en barco desde Shenzhen, aunque sean idénticos.

España se ha beneficiado de esta tendencia. Varias marcas chinas han elegido territorio español para sus plantas europeas, aprovechando costes laborales competitivos y la posición geográfica para distribuir por Europa y el norte de África.

Mientras, las marcas estadounidenses siguen sin entender Europa. Ford retiró el Fiesta, su único coche realmente europeo. General Motors abandonó el continente hace años. Tesla vende bien, pero es la excepción que confirma la regla: ofrece coches eléctricos para ciudades europeas, algo que sus compatriotas no hacen.

Los datos de Escalent reflejan una realidad: los europeos han perdido la paciencia con marcas que no se adaptan a sus necesidades y han encontrado en los fabricantes chinos una alternativa creíble. No es cuestión de patriotismo; es cuestión de precio, tamaño y tecnología. Y en esos tres aspectos, los chinos están ganando.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!