TAG Heuer Connected Calibre E5, análisis: el lujo se divorcia de Google (y el precio a pagar es más alto de lo que crees)
El TAG Heuer Connected Calibre E5 es uno de los relojes inteligentes más caros del mercado. Lo hemos probado
Hace exactamente una década, TAG Heuer hizo algo que la inmensa mayoría de la industria relojera suiza consideraba una herejía: lanzar un smartwatch. Mientras otros miraban con desdén al Apple Watch, la firma de La Chaux-de-Fonds decidió abrazar el futuro, aliándose con Intel y Google para crear el Connected. Fue una apuesta valiente que legitimó la categoría del "lujo conectado". Durante años, esa alianza con Google y su Wear OS fue el pilar de su estrategia. Tener un TAG Heuer significaba tener la mejor construcción externa posible, con el cerebro de software más universal de Android.
Pero 2025 ha traído vientos de cambio. Con el nuevo TAG Heuer Connected Calibre E5, la marca ha tomado una decisión tan arriesgada como la de hace diez años: abandonar Wear OS y apostar por un sistema operativo propio. Es un movimiento de independencia, un intento de controlar la experiencia de principio a fin.
Llevo dos semanas con la versión de 40 milímetros en mi muñeca. He convivido con él, he intentado entenderlo y, sobre todo, he intentado justificarlo. Y el resultado es uno de los análisis más complejos que he tenido que escribir. Porque tengo ante mí un objeto de una belleza y una construcción exquisitas, un reloj que es un placer mirar y tocar. Pero también tengo un dispositivo inteligente que, al soltar la mano de Google, ha perdido parte de su inteligencia en el camino. Esta es la historia de un divorcio de lujo.
+ Pros
- Diseño exquisito
- Probablemente, la mejor selección de esferas disponible en un reloj
- Compatible con iPhone por primera vez (y con certificación MFi)
- Contras
- Autonomía mediocre
- El software está algo limitado
- Las funcione sde monitoreo de salud se quedan un poco cortas

- Precio del TAG Heuer Connected Calibre E5 y dónde comprarlo
- Un diseño de alta costura
- Una pantalla que da gusto mirar
- El nuevo "TAG Heuer OS": rápido, fluido... ¿y demasiado agresivo?
- Salud y deporte: cumple, pero no compite
- Autonomía: el precio de la belleza
- Conclusión: ¿vale la pena el TAG HEUER Connected Calibre E5?
Precio del TAG Heuer Connected Calibre E5 y dónde comprarlo
En España, el TAG Heuer Connected Calibre E5 tiene un precio de 1.750 euros en su variante de 40 milímetros de diámetro, y de 1.850 euros en su versión de mayor tamaño. Ambas variantes se pueden adquirir a través de la tienda online oficial de la marca, así como en otros canales de distribución autorizados, incluyendo tiendas físicas, relojerías y boutiques de TAG Heuer.
Un diseño de alta costura

Primer plano de la pantalla del TAG Heuer Connected Calibre E5 / Fotografía de Christian Collado
Si hay algo que nadie puede discutirle a TAG Heuer es su saber hacer a la hora de fabricar relojes. Y el Calibre E5 es, ante todo, un TAG Heuer. La unidad que he probado, con su caja de 40 milímetros de acero satinado, es una joya. El nivel de los acabados, el pulido de las asas, la integración del bisel de cerámica y la solidez de la correa de acero inoxidable son irreprochables.
La interacción física con el reloj es deliciosa. Los pulsadores tipo cronógrafo tienen un recorrido firme y mecánico, y la corona giratoria lateral ofrece una resistencia y un feedback al girarla que es pura ASMR para los amantes de la relojería. Se nota que hay décadas de ingeniería mecánica detrás de cada componente. La pantalla está protegida por un cristal de zafiro ligeramente abombado que le da un toque clásico y distorsiona ligeramente la luz en los bordes de una forma muy atractiva.
Sin embargo, aquí viene la primera dosis de realidad. Sí, es un reloj magníficamente construido. Pero si cierro los ojos y lo sostengo en la mano junto a un HUAWEI Watch 5 (cuyo modelo con caja y correa de titanio cuesta una fracción del precio), la diferencia en la sensación de "lujo" al tacto es... inapreciable. La brecha en calidad de construcción entre la tecnología de consumo premium y el lujo tradicional se ha cerrado tanto que, siendo brutalmente honesto, el "tacto TAG Heuer" ya no es un argumento de venta tan demoledor como lo era hace cinco años.
Una pantalla que da gusto mirar

El panel OLED de 1,2 pulgadas del TAG Heuer Connected Caliobre E5 / Fotografía de Christian Collado
En el frontal nos encontramos con un panel OLED de 1,2 pulgadas (en este modelo de 40mm) con una resolución de 390 x 390 píxeles. Y aquí no hay quejas. Es una pantalla excelente.
La nitidez es fantástica, los negros son puros (algo crucial para que las esferas se fundan con el bisel negro y parezca un reloj mecánico) y los ángulos de visión son perfectos. El brillo máximo es más que suficiente para ver la hora bajo el sol directo, y la respuesta táctil es inmediata. Es un lienzo digital de primer nivel, digno del precio que estás pagando.
El nuevo "TAG Heuer OS": rápido, fluido... ¿y demasiado agresivo?
Llegamos al punto crítico. El software. Decir adiós a Wear OS significa decir adiós a la Play Store, a Google Maps, a Google Wallet y a un ecosistema de miles de aplicaciones. A cambio, TAG Heuer promete una experiencia más controlada, fluida y "acorde con los valores de precisión" de la marca.
¿Lo consigue? A medias.
Es cierto que la interfaz se siente increíblemente rápida y fluida. No hay rastro del lag que a veces lastraba a las generaciones anteriores con Wear OS. Todo se mueve con una suavidad de 60 cuadros por segundo constantes.
Pero la estética... ay, la estética. TAG Heuer tiene una relación histórica con el automovilismo y la Fórmula 1, y ha decidido que su sistema operativo debe reflejar eso. El problema es que, en mi opinión, se han pasado de frenada. La interfaz está llena de colores neón, tipografías agresivas, angulosas y animaciones rápidas que recuerdan más a la estética de un smartphone gaming de REDMAGIC que a la elegancia atemporal que esperas de un reloj suizo de lujo.
Resulta chocante ver un exterior de acero clásico y refinado, y al encender la pantalla, encontrarte con menús que parecen el salpicadero de un coche de carreras futurista. Falta esa sutileza, esa elegancia minimalista que Apple o incluso Samsung han sabido encontrar.




Y luego están las ausencias. No hay pagos móviles. En un reloj de 2025, tener que sacar la cartera para pagar el café porque tu reloj de 1.750 euros no tiene NFC funcional es, cuanto menos, doloroso. Tampoco puedes instalar aplicaciones de terceros. Estás limitado a lo que viene en el reloj: cronómetro, alarma, tiempo, deportes... y ya. La sincronización de notificaciones con el móvil funciona correctamente, permitiéndote leer mensajes, pero la interacción es limitada.
Las esferas: el verdadero lujo es esto

Una de las esferas incluidas junto al TAG Heuer Connected Calibre E5 / Fotografía de Christian Collado
Si el sistema operativo es la arena, las esferas (watchfaces) son la cal. Aquí es donde TAG Heuer justifica su legado. La colección de esferas preinstaladas es, sencillamente, la mejor del mercado.
No son simples imitaciones digitales. Son recreaciones digitales pixel a pixel de modelos míticos de la marca, como el Carrera, el Aquaracer o el Formula 1. Tienen profundidad, tienen textura, juegan con las sombras de una forma que hace que, a un metro de distancia, dudes si el reloj es mecánico o digital.
Además, son altamente personalizables, permitiéndote cambiar las "complicaciones", los colores de las agujas o el fondo para que combinen con tu ropa. Es en este apartado donde el Calibre E5 brilla con luz propia y te hace sentir que llevas algo especial en la muñeca.
Salud y deporte: cumple, pero no compite

La correa metálica del reloj es cómoda y ligera / Fotografía de Christian Collado
En cuanto a las capacidades deportivas, el reloj incorpora la suite TAG Heuer Sports, que permite registrar actividades como correr, ciclismo, natación o golf (este último con mapas de campos muy detallados, un nicho donde la marca es fuerte).
El rendimiento es... correcto. El GPS es lo suficientemente preciso para una carrera ocasional, y el sensor de frecuencia cardíaca hace un trabajo decente en reposo y ejercicio moderado. Además, permite exportar los datos a Strava o Apple Health, lo cual es un punto a favor.
Pero seamos realistas: nadie se compra este reloj para preparar una maratón. No te ofrece las métricas avanzadas de recuperación de un Garmin, ni la precisión milimétrica de un HUAWEI Watch Ultimate 2. Es un reloj que puede registrar tu sesión de gimnasio o tu partido de golf, y sacarte del apuro con dignidad, pero no es una herramienta de entrenamiento serio.
Autonomía: el precio de la belleza
Y llegamos al talón de Aquiles de la versión de 40 mm: la batería. Con un uso normal (notificaciones, pantalla siempre encendida, algo de interacción), la autonomía es bastante mediocre.
En mis dos semanas de prueba, rara vez he conseguido llegar a la hora de dormir con más de un 10-15% de batería. Esto significa que cargarlo cada noche es una obligación religiosa. Si tienes un día largo y además registras una hora de ejercicio con GPS, es muy probable que el reloj muera antes de que tú llegues a casa.
La marca promete un día completo, pero en el modelo pequeño, esa promesa se siente muy justa. El modelo de 45mm, por física pura, debería ofrecer un mejor rendimiento, pero en el de 40mm, la ansiedad por la batería es real. Curiosamente, como el reloj no ofrece monitorización del sueño nativa (una ausencia extraña en un dispositivo de "wellness"), el hecho de tener que cargarlo por la noche es menos dramático, ya que no te lo ibas a poner para dormir de todas formas.
Conclusión: ¿vale la pena el TAG HEUER Connected Calibre E5?
Llego al final de este análisis y vuelvo a la pregunta inicial: ¿para quién es este reloj?
El TAG Heuer Connected Calibre E5 es un producto de 1.750 euros (o 1.850 euros en 45mm) que te ofrece una construcción sublime y la exclusividad de llevar el escudo de TAG Heuer en la muñeca. A cambio, te pide que renuncies a los pagos móviles, a las apps de terceros, a una autonomía decente y que aceptes un sistema operativo con una estética cuestionable.
Es difícil de justificar racionalmente. Un HUAWEI Watch 5 o un Samsung Galaxy Watch Ultra te ofrecen mejores materiales (titanio, cerámica), muchísimas más funciones, mejor salud, mejor batería y un software más maduro por un tercio del precio.
El problema de este reloj no es que sea caro; el lujo es caro y eso está bien. El problema es que es tecnología de consumo disfrazada de joya eterna. Dentro de cuatro o cinco años, el software de este reloj estará obsoleto, su batería degradada y su procesador anticuado. Y a diferencia de un TAG Heuer Carrera mecánico, que podrás dejar en herencia a tus hijos, este Connected Calibre E5 acabará en un cajón.
Es una compra puramente emocional. Si te enamora su estética, si valoras la marca por encima de la función y si el dinero no es un problema, disfrutarás de su belleza cada vez que mires la hora. Pero si buscas un buen smartwatch, me temo que la forma de tener el mejor reloj inteligente de lujo sigue siendo, irónicamente, comprarse un Apple Watch y ponerle una correa de Hermès.