EE.UU. descubre por qué mueren y China cómo revivirlas: el avance doble que revolucionará las baterías de los coches
Científicos estadounidenses identifican por qué fallan los cátodos de cristal único a alto voltaje mientras investigadores chinos presentan un baño químico para restaurar su capacidad
EE. UU. y China han movido ficha casi a la vez en la carrera por estirar la vida de las baterías de litio. Investigadores del Laboratorio Nacional de Brookhaven han localizado el "infarto" molecular de las celdas de alto voltaje: grietas microscópicas internas en los cátodos de cristal único. Lo que parecía un diseño blindado contra el desgaste esconde un fallo mecánico por reacciones químicas desiguales.
La noticia llega desde CarNewsChina, donde detallan cómo estas fisuras rompen la conectividad eléctrica y devoran el litio útil de la batería. El problema viene con el uso de manganeso en los cátodos NMC, que acelera el agrietamiento bajo voltajes elevados. Google y otros gigantes monitorizan estos datos, pero hasta ahora no se había cartografiado el daño estructural interno de forma tan precisa.
Microfracturas por voltaje y el proceso de inyección de sales de litio
Si entendemos por qué se rompe el cristal, podemos intentar pegarlo. Las grietas internas actúan como fugas que inutilizan el funcionamiento del coche eléctrico a largo plazo. En lugar de tirar la batería, la Universidad de Tsinghua ha presentado un método de regeneración directa que inyecta sales de litio en esas fisuras moleculares.
Este proceso de "baño químico" permite recuperar hasta el 76% de la capacidad de carga original sin tener que fundir la batería entera. Lo que nadie te cuenta es que este método es un 37% más eficiente que el reciclaje tradicional y evita el uso de ácidos corrosivos. Es una vía mucho más lógica para reciclar baterías antiguas sin destruir los materiales caros.
A día de hoy, cambiar la batería de un Tesla Model 3 puede salirte por unos 13.000 euros, un precio que muchos usuarios no pueden asumir. La técnica de regeneración de cátodos podría desplomar ese coste, acercando el mantenimiento de un eléctrico al de un motor de combustión. Al final, no se trata solo de inventar químicas nuevas para las células energéticas, sino de arreglar lo que ya tenemos.
Mientras Occidente ha diagnosticado la enfermedad estructural, Oriente ha montado la infraestructura para aplicar el tratamiento. La regeneración directa se suma a los intentos previos de revivir celdas degradadas con IA, pero atacando la base física del problema. Si China logra escalar este proceso, tendrá la llave del mercado de segunda mano de vehículos eléctricos a nivel mundial.
En España, donde el parque móvil envejece rápido, sustituir una batería de un utilitario compacto ronda los 7.000 euros, mientras que en modelos de lujo la factura sube hasta los 20.000 euros. La regeneración directa promete reducir estas cifras drásticamente al eliminar el coste de fabricar cátodos nuevos desde cero. Pagar por "limpiar" tu batería será el nuevo estándar para evitar que el coche acabe en el desguace prematuramente.