Ni cables ni cajas negras: Focal lanza Omada, los altavoces que parecen esculturas modernas
Focal estrena la gama Omada sin previo aviso, situándola entre sus series Vestia y Theva. Con precios competitivos y tecnología heredada de gamas superiores, busca plantar cara a KEF y Bowers & Wilkins
Focal se ha saltado el protocolo habitual de notas de prensa y fanfarria para colocar su nueva gama Omada directamente en las tiendas. Es una maniobra extraña para una firma francesa que suele hacer mucho ruido, pero que aquí parece buscar que el producto hable solo. Se trata de una línea intermedia que intenta democratizar el sonido de la marca sin obligarte a hipotecar la casa.
La noticia aparece en eCoustics, donde detallan que esta familia se coloca justo entre las series Vestia y Theva. Tenemos cuatro opciones disponibles: un monitor de estantería N1, dos columnas de suelo N3 y N4, y un canal central. La idea es ofrecer un punto de entrada serio al catálogo de Focal, manteniendo la estética cuidada y tecnologías que ya han probado su eficacia en escalones superiores.
Tecnología reciclada que suena a nuevo










En el apartado técnico, lo más relevante es el uso del tweeter TAM de cúpula invertida. Fabricado en una aleación de aluminio y magnesio con perfil en 'M', este componente busca unos agudos muy extendidos y limpios. Es una solución que se aleja de la búsqueda obsesiva de la neutralidad absoluta de los altavoces de respuesta plana, apostando más por esa musicalidad y apertura espacial que suele definir el carácter sonoro francés.
Para los medios y graves recurren a los conos Slatefiber de carbono reciclado, una tecnología propia que conocemos bien. Aportan rigidez y ligereza, lo que se traduce en un sonido rápido y con pegada. No estamos ante la exquisitez técnica de esos altavoces daneses de referencia que cuestan una fortuna, pero Focal promete un rendimiento muy digno para quien quiera montar un equipo estéreo competente en el salón de casa.
El diseño también tiene su aquel, con un frontal curvo y acabados en negro. Todos los modelos usan puertos bass-reflex para ganar cuerpo abajo; las torres N4, por ejemplo, bajan hasta los 40 Hz. Si buscas esa experiencia física visceral que descubrí al escuchar un sistema de 70.000 euros, probablemente necesites añadir un subwoofer dedicado, pero para música convencional deberían moverse con soltura y llenar la sala sin ayudas externas.
La competencia en este rango no perdona ni un fallo. Con precios que van desde los 699 a los 2.299 dólares —la marca ha lanzado estos altavoces en Estados Unidos de forma exclusiva según parece—, los Omada entran al ring contra bestias como los KEF Q Meta o los Bowers & Wilkins 600 S3. No lo van a tener fácil en un mercado que ha cambiado mucho, tal y como comprobamos al escuchar cómo suena la nueva era de la alta fidelidad.
Este lanzamiento "por la puerta de atrás" da a entender que Focal quiere tantear el terreno sin estropear sus otras ventas. Si logran que los Omada suenen tan bien como lucen en las fotos, tienen una opción muy sólida para la gama media. Ahora falta ver si llegan a Europa con el mismo precio agresivo o si la conversión de moneda nos estropea la fiesta.