Sam Altman dice que un agricultor consideraría que tu trabajo actual no es real
Altman dice que los trabajos de oficina son como juegos comparados con producir comida, y confía en que la gente encontrará qué hacer cuando la IA lo cambie todo

Sam Altman se ha vuelto a meter en un jardín con sus declaraciones sobre el futuro del trabajo. En la conferencia DevDay del miércoles pasado, el CEO de OpenAI dijo que un agricultor de hace cincuenta años pensaría que tu trabajo no es real. Según Altman, ese agricultor vería lo que hacemos en una oficina como un juego para pasar el rato, nada más.
Según se recoge en Futurism, la conversación empezó con un experimento mental del entrevistador, Rowan Cheung. Cheung planteó que si le dijeses a un agricultor de los años 70 que internet crearía mil millones de trabajos nuevos, no te creería. Altman cogió esa idea y la llevó más lejos para hablar del impacto de la IA.
Por qué Altman cree que tu trabajo es menos real
La explicación de Altman tiene su lógica, aunque resulta incómoda. Para él, el agricultor hacía algo tangible: producir comida para mantener viva a la gente. Eso es trabajo real porque tiene un impacto directo. Los trabajos de oficina o servicios no tienen ese componente físico, de ahí que el agricultor los viera como entretenimiento.
Altman fue más allá. Dijo que si pudiésemos ver los trabajos que surgirán cuando la IA transforme todo, nos parecerían todavía menos reales que los de ahora. Es decir, que nuestros empleos están a medio camino entre el trabajo auténtico del agricultor y los empleos superficiales del futuro. Una reflexión que no aclara qué pasará con la gente que se quede sin trabajo mientras tanto.
El problema es que viene del CEO de una empresa que vale medio billón de dólares y que está desarrollando la tecnología que hará desaparecer esos trabajos. Altman tiene información de primera mano sobre hacia dónde va la IA. Compararlo con un agricultor suena más a esquivar el tema que a dar respuestas sobre qué planes tiene OpenAI para gestionar el impacto social.
No es la primera vez que genera polémica. Hace unos meses dijo que la gente habla como los modelos de IA y que las redes sociales le parecen cada vez más artificiales. Irónico viniendo del CEO de la empresa que ha popularizado ChatGPT. OpenAI está teniendo problemas más inmediatos. El lanzamiento de Sora 2 es un éxito de usuarios pero un problema económico porque generar vídeos con IA cuesta mucho en procesamiento. Altman reconoció que necesitan monetizar el servicio rápido porque los costes se disparan sin ingresos que los compensen.
Sobre el futuro del empleo, Altman se mostró optimista sin dar detalles. Confía en que la gente encontrará muchas cosas que hacer porque los impulsos humanos siempre buscan expresarse. No explicó qué trabajos surgirán ni cuándo. Simplemente dijo que confía en que todo saldrá bien, lo cual no tranquiliza a quien ve su sector automatizándose.
La postura encaja con la visión general de Silicon Valley, pero llama la atención viniendo de quien lidera la empresa que más acelera el desarrollo de IA. El propio CEO ya reconoció que la IA puede causar daños importantes, aunque descarta la extinción humana. Sus declaraciones sobre qué es trabajo real no calman las preocupaciones.
Lo que está claro es que el debate necesita respuestas concretas, no experimentos mentales. Hace falta hablar de cómo gestionar la transición laboral, qué medidas de protección social harán falta y cómo repartir los beneficios. Mientras tanto, las declaraciones de Altman seguirán generando más dudas que certezas entre quienes se preguntan si su profesión seguirá existiendo dentro de cinco años.