Satya Nadella, CEO de Microsoft, preocupado: cree que la IA podría destruir toda la compañía
El CEO admitió en una reunión interna estar "obsesionado" con que Microsoft acabe como las empresas tecnológicas que desaparecieron por no adaptarse a tiempo

No es habitual que un CEO confiese públicamente que la tecnología que más está promocionando podría acabar con su empresa. Pero eso es exactamente lo que ha hecho Satya Nadella en una reunión interna con empleados de Microsoft la semana pasada, donde admitió estar "obsesionado" con la posibilidad de que la compañía acabe como Digital Equipment Corporation (DEC), una empresa que desapareció en los años 70 por no saber adaptarse.
Tal y como nos cuentan desde Futurism, Nadella recordó que algunos programadores de Windows NT procedían de DEC, la empresa que se fue a pique: "algunas de las personas que contribuyeron a Windows NT vinieron de un laboratorio de DEC que fue cerrado". Un detalle curioso, considerando que Windows NT se lanzó en 1993 y marcó una época en el mundo de los sistemas operativos.
La amenaza real tiene nombre y apellidos: Elon Musk

Elon Musk es un problema hasta para empresas que no tienen nada que ver con él
Y es que la preocupación de Nadella no sale de la nada. Hace poco, Elon Musk anunció su proyecto "Macrohard" (sí, con esa gracia que le caracteriza), un sistema de IA que pretende simular productos como Office sin necesidad de la infraestructura tradicional de Microsoft. La lógica de Musk es simple: si una empresa no fabrica hardware físico, se puede replicar completamente con inteligencia artificial.
Esta amenaza ha puesto a Microsoft en modo pánico, destinando 80.000 millones de dólares a centros de datos especializados en IA. Una cantidad que supera con creces lo que han invertido Google o Meta, pero que llega justo cuando la empresa está despidiendo a miles de empleados. El contraste no puede ser más llamativo: por un lado se gasta una fortuna en IA, por otro echa gente a la calle.
La situación se complica aún más con OpenAI, la empresa que debería ser su aliado estratégico pero que cada vez genera más dolores de cabeza. OpenAI está intentando reestructurarse para operar con una estructura más convencional (firmó un memorando de entendimiento con Microsoft hace una semana) y necesita más potencia de cálculo de la que Microsoft puede proporcionarle. De hecho, las dos compañías han tenido que firmar un acuerdo preliminar multimillonario para intentar salvar su relación, aunque los términos definitivos siguen en el aire.

Copilot es el modelo de IA propio de Windows, desarrollado por Microsoft y OpenAI
Mientras tanto, Microsoft va introduciendo IA por todos lados. El último ejemplo es la integración de modelos de OpenAI que funcionan directamente en Windows sin necesidad de conexión a internet. Una funcionalidad que suena bien sobre el papel, pero que también demuestra hasta qué punto la empresa está apostándolo todo a una sola carta.
El ambiente interno de Microsoft refleja toda esta tensión. Según se recoge en el artículo original, la moral de los empleados está por los suelos, con una cultura empresarial dominada por el miedo constante a ser despedido o sustituido por algún sistema de IA. Paradójicamente, al mismo tiempo las tecnológicas se pelean por fichar talento especializado en inteligencia artificial pagando sueldos desorbitados.
Durante la reunión, Nadella se mostró dispuesto a sacrificar productos con décadas de historia si no sirven para el futuro: "Todas las categorías que hayamos amado durante 40 años podrían no importar. Solo seremos valiosos si construimos lo que es secular en términos de expectativa, en lugar de estar enamorados de lo que hemos construido en el pasado".
La historia de la tecnología está llena de empresas que un día dominaban el mercado y al siguiente habían desaparecido completamente. Microsoft lo sabe, y por eso Nadella no puede dormir tranquilo pensando en que su empresa podría ser la próxima en caer en el olvido si no acierta con la IA.