Un tribunal de EE.UU. bloquea los aranceles globales de Trump por extralimitación de poderes, Apple respira un poco
La decisión judicial considera que el expresidente se extralimitó en sus poderes al imponer estos gravámenes sin aprobación del Congreso

Ya podemos decir que 2025 nos está deparando sorpresas inesperadas, y ésta es una de las más importantes. El Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. ha bloqueado los aranceles globales que Donald Trump impuso durante su presidencia, una medida que muchos veían como inevitable pero que pocos esperaban tan pronto. Para empresas como Apple, que llevaba tiempo lidiando con la amenaza de un gravamen del 25% por fabricar sus iPhone en Asia, es un alivio considerable.
Un panel de tres jueces ha decidido que Trump se extralimitó al aplicar estos impuestos por su cuenta, sin que el Congreso diese el visto bueno. Según Android Headlines, el panel ha sido contundente con una orden de injunción permanente que obliga a la administración Trump a retirar los aranceles en apenas 10 días.
Los aranceles que pretendían combatir el déficit comercial
Trump justificó estos impuestos —que llegaban hasta el 30% para productos chinos y el 25% para mercancías de México y Canadá— bajo una ley de 1977 llamada Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA). Esta normativa se diseñó originalmente para sanciones financieras en momentos de crisis, pero la administración Trump la utilizó como herramienta para combatir el déficit comercial y el tráfico de fentanilo.
Los jueces han sido claros: la IEEPA no da carta blanca al presidente para imponer aranceles a su antojo. La Constitución deja esa responsabilidad en manos del Congreso, y el tribunal lo ha dejado muy claro en su veredicto: utilizar aranceles como palanca no es inadmisible por ser imprudente, sino porque la ley federal simplemente no lo permite.
Apple, que durante años ha sido objetivo de las críticas de Trump por fabricar fuera de EE.UU., resulta especialmente beneficiada. La compañía de Cupertino evita aumentos de costes que inevitablemente habría trasladado a los consumidores, sobre todo teniendo en cuenta su estrategia de fabricación global.
En los mercados la reacción fue inmediata. Las acciones tecnológicas subieron un 2,1%, el dólar ganó fuerza frente al euro y el yen, y el sector tecnológico celebró que sus costes de producción van a mantenerse estables. Las cinco pequeñas empresas que presentaron la demanda, incluyendo la vinícola VOS Selections, también han mostrado su alivio al ver reducidas las presiones económicas.
La Casa Blanca no ha recibido bien la noticia y ha calificado el fallo de "golpe judicial", prometiendo utilizar todas las vías legales que tenga a su disposición. Los fiscales demócratas, como Letitia James de Nueva York, han visto las cosas de manera muy distinta y lo han celebrado como una victoria contra un impuesto que afectaba a familias y negocios por igual. Gary Hufbauer, del Peterson Institute, lo ha descrito como algo "sorprendente y espectacular" teniendo en cuenta que los tribunales suelen darle la razón al ejecutivo en temas de emergencia nacional.
El caso probablemente termine en el Tribunal Supremo, donde se decidirá de una vez por todas si los presidentes pueden utilizar leyes de emergencia para implementar políticas comerciales. Mientras tanto, el Congreso podría imponer aranceles por la vía tradicional, aunque sería un proceso mucho más lento y complicado.
Los usuarios podemos respirar tranquilos: los precios de móviles, ordenadores y otros productos importados no van a subir, al menos mientras se resuelven las apelaciones. Lo que ha quedado claro es que una herramienta diseñada para sancionar países en crisis internacionales acabó convertida en un arma para las guerras comerciales, y ahora los tribunales han dicho basta.