Cuidado con lo que escribes en los grupos de WhatsApp: el nuevo cambio que llega a la app no te va a gustar
WhatsApp rompe su regla de oro: una función en pruebas permitirá a los nuevos miembros leer automáticamente el chat de las últimas 24 horas
La amnesia digital que sufrimos al entrar en un grupo nuevo tiene fecha de caducidad. Hasta ahora, unirse a un chat implicaba encontrarse una sala vacía, respetando escrupulosamente lo que se había dicho antes de nuestra llegada. Esa barrera de privacidad, que para muchos era una característica intocable, se tambalea. Meta está cocinando un cambio que permitirá a los recién llegados leer las conversaciones del último día nada más cruzar la puerta, acabando de un plumazo con la necesidad de pedir resúmenes.
El aviso nos llega desde WABetaInfo, que ha cazado la funcionalidad activa en la beta 2.25.36.11 para Android. La herramienta se llama compartir historial reciente y su mecánica es simple pero controvertida: envía automáticamente al nuevo integrante los mensajes intercambiados en las 24 horas previas a su acceso. Se acabó el entrar de cero; ahora llegas con los deberes hechos y sabiendo de qué se ha estado hablando.
Un arma de doble filo para la privacidad

Esta es la opción para compartir los mensajes de los grupos de las últimas 24 horas
El sistema opera con una ventana temporal estricta de 24 horas. No es el historial infinito que ofrece Telegram, donde puedes leer años de conversaciones anteriores, pero es suficiente para meter la pata. Si pones verde a un compañero de trabajo por la tarde y lo añaden al grupo a la mañana siguiente, esa persona leerá tu mensaje como si se lo acabaras de enviar. La función depende de que el administrador la active, pero abre la puerta a situaciones incómodas que antes eran técnicamente imposibles.
Todo esto tiene un porqué: que no te quedes callado. Va en la misma línea que las reacciones rápidas en los estados, buscado que el usuario participe desde el primer segundo. Al tener contexto inmediato, es más probable que el nuevo miembro escriba y no se quede como un espectador pasivo intentando averiguar de qué va la película.
Lo irónico del asunto es el doble rasero con la seguridad. Mientras cierran el grifo a integraciones externas haciendo que los bots de ChatGPT y Copilot desaparezcan para blindar los datos, deciden relajar la privacidad interna entre usuarios. Parece que la protección de datos aplica hacia fuera, pero dentro de casa la prioridad empieza a ser la comodidad y el flujo de la conversación por encima del secreto de las comunicaciones pasadas.
Si esto se estandariza, la moderación en los grupos va a tener que ser mucho más fina. Ya no bastará con callarse cuando alguien entra; habrá que tener cuidado preventivo. Esto encaja con la política de limpieza que están aplicando, enviando advertencias claras para evitar suspensiones antes de banear cuentas. Ahora, tus palabras tienen eco en el futuro inmediato, y la audiencia potencial es mayor de la que ves en la lista de participantes en ese momento.
De momento, la función es opcional y está en pruebas, pero marca un cambio de tendencia claro. La privacidad por defecto deja paso a la continuidad de la conversación. Para grupos de trabajo será una bendición no tener que reenviar documentos o explicar tareas tres veces; para el grupo de amigos o de padres del colegio, puede convertirse en la herramienta perfecta para generar malentendidos y desenterrar polémicas que deberían haberse quedado en el ayer.