Los aranceles de Trump le costarán a Apple 1.100 millones de dólares

Tim Cook confirma que los aranceles de Trump costarán hasta 1.100 millones a Apple en un solo trimestre, mientras la compañía busca alternativas a China

Los aranceles de Trump le costarán a Apple 1.100 millones de dólares
Los aranceles afectan no solo a China, sino también a India y Vietnam, donde Apple tiene fábricas para diversificar su producción y reducir costes
Publicado en Apple
Por por Sergio Agudo

La cosa se ha complicado bastante para Apple con la nueva administración Trump. Tim Cook ha confesado en la última llamada de resultados que los aranceles les van a costar hasta 1.100 millones de dólares solo en el tercer trimestre de 2025. Una cifra que duele solo de leerla y que pone en evidencia lo caro que puede salir fabricar fuera de Estados Unidos.

Los números que ha dado Cook no dejan lugar a dudas: en el trimestre que terminó en junio ya se han gastado 800 millones en aranceles. Según AndroidHeadlines, la mayoría vienen de la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia (IEEPA), que básicamente machaca a todo lo que viene de China.

Un golpe que se agrava cada trimestre

Y lo peor es que esto no ha hecho más que empezar. Cook ya avisa de que la factura puede llegar a los 1.100 millones en los próximos meses. China no es el único problema: India, donde Apple tiene fábricas, ahora paga un 25% más, y Vietnam también está en la lista. Trump ya ha dejado claro que si no fabrican en EE.UU., pagarán al menos un 25% de aranceles.

El presidente tampoco se corta al criticar que Apple tenga fábricas en otros países. No le hace ninguna gracia que hayan montado una fábrica de iPhones en India, precisamente cuando intentan esquivar los aranceles chinos. La situación es un poco absurda: vayas donde vayas, te pillan.

Claro, la solución obvia sería fabricar todo en Estados Unidos y problema resuelto. Pero Apple lleva décadas montando su red de fábricas en Asia, con trabajadores que saben lo que hacen y máquinas preparadas para producir millones de dispositivos. Empezar de cero en Estados Unidos no es precisamente barato ni rápido, y los sueldos allí son bastante más altos que en Asia.

Además, aunque fabriques el iPhone en Estados Unidos, sigues necesitando componentes de todo el mundo. Los procesadores, las pantallas, las cámaras... todo eso viene de diferentes países, así que los aranceles te van a tocar igualmente. Es un poco como intentar escapar de la lluvia corriendo: al final te mojas igual.

La cosa puede ponerse realmente fea si nos fijamos en las predicciones más pesimistas. Hay quien dice que un iPhone podría costar 2.300 dólares por culpa de estos aranceles. Y la pregunta del millón es si esas subidas también llegarán a España y Europa, donde tradicionalmente los precios han sido más estables.

Por suerte para Apple, en mayo un tribunal bloqueó los aranceles globales de Trump por considerarlos un abuso de poder. Eso les dio un respiro, pero tampoco es que puedan cantar victoria: estos temas judiciales van y vienen, y nunca sabes cuándo pueden cambiar las tornas.

Apple ahora tiene que decidir qué hacer: o paga y reduce sus beneficios, o sube precios y que se las arreglen los usuarios. Ninguna de las dos opciones es especialmente buena, pero es lo que hay. Trump ha convertido el comercio internacional en algo bastante más complicado, y las grandes tecnológicas se están llevando la peor parte.

Al final, todo esto va a cambiar cómo funcionan las cosas en el mundo de la tecnología. Apple ya no puede hacer lo que quiera con sus fábricas sin pensar en las consecuencias políticas. Cada decisión sobre dónde fabricar puede costar miles de millones, y eso se nota en el bolsillo de todos.

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