He probado las mejores Smart TV de este año 2025 y este es el consejo que necesitas escuchar pero nadie te va a contar
Elegir televisor se ha convertido en algo realmente complicado, pero depende realmente de lo que nos haga sentir cómodos como usuarios
Comprar un televisor se ha convertido, casi sin darnos cuenta, en una de las tareas más complejas a las que nos enfrentamos como consumidores. Lejos quedan aquellos tiempos en los que nuestra única preocupación era si el aparato cabía en el hueco del mueble. Hoy, entrar en una tienda o navegar por internet supone encontrarse con un abanico tecnológico impresionante: OLED, QLED, MiniLED... una sopa de letras que demuestra que la innovación en este sector no tiene freno. Pero es que, además es una compra importante porque un televisor hoy en día no es solo eso, sino que es un hub de contenidos y se relaciona de manera inteligente con todo nuestro hogar.
Los fabricantes se esfuerzan cada año por superar los límites de la calidad de imagen, ofreciendo especificaciones que hace poco parecían ciencia ficción. Sin embargo, tanta variedad puede resultar abrumadora. Cuando lees las fichas técnicas, es fácil sentir que necesitas un máster en ingeniería para decidir qué modelo encaja mejor en tu salón.
La realidad es que, más que buscar "el televisor perfecto" en abstracto, el truco está en encontrar el que mejor se adapta a tus necesidades reales. Porque no es lo mismo buscar una pantalla para ver cine a oscuras que una para ver deportes en un salón muy iluminado. Para tenerlo al lado de una ventana en tu salón o para colocarlo en otro lugar. En este artículo vamos a poner un poco de orden, analizando los tres pilares fundamentales (imagen, sonido y sistema operativo) para que tengas claro qué estás comprando y por qué.
- Calidad de imagen: dos mundos enfrentados
- El sonido, la gran cuenta pendiente
- Sistemas operativos: todos son buenos, pero envejecen mal
- Las teles que yo recomiendo
- En resumidas cuentas, todas son muy buenas, quédate con la que más te guste
Calidad de imagen: dos mundos enfrentados

Imagen generada por IA en una televisión LG evo OLED G5
Cuando nos ponemos delante de la pantalla, la batalla se reduce, grosso modo, a dos grandes tecnologías que se reparten el pastel de la gama alta. Y aquí es donde las filias y las fobias de cada uno se ponen sobre la mesa, porque aunque el marketing intente convencernos de que existe la "televisión perfecta", la realidad es que cada tecnología tiene sus propios demonios.
Por un lado, tenemos el OLED. Es la tecnología que, de manera innegable, entra por los ojos gracias a ese contraste infinito y esos negros puros que se consiguen al apagar el píxel por completo. La sensación de profundidad es inigualable. Sin embargo, no todo es de color de rosa. El miedo a las retenciones y los quemados (burn-in) sigue ahí. Por mucho que los fabricantes nos juren que sus nuevos paneles con disipadores térmicos y algoritmos de limpieza son inmunes, el miedo sigue ahí, y estamos hablando de teles que valen varios miles de euros. No deja de ser material orgánico que se degrada con el uso y el calor. Si eres de los que tiene puesto el mismo canal de noticias con su "mosca" fija durante ocho horas al día, el OLED sigue generando preocupación.
En la otra esquina del ring está el MiniLED. Básicamente, es llevar la tecnología LCD de siempre pero con esteroides. Aquí la clave es un brillo descomunal, capaz de combatir los reflejos en los salones más iluminados donde un OLED se vería como un espejo oscuro. Su talón de Aquiles está en blooming o efecto halo. Aunque cada vez integran miles de zonas de atenuación, en escenas complicadas (como una luna brillante en un cielo negro o subtítulos), todavía se nota ese resplandor alrededor de los objetos luminosos que nos recuerda que, al fin y al cabo, no es un píxel autoemisivo. Al final, es elegir entre la precisión del OLED o la potencia bruta del MiniLED.
El sonido, la gran cuenta pendiente

La Panasonic Z95A incluye una auténtica barra de sonido incorporada en su chasis
No es necesario ser un observador muy fino para darse cuenta de que desde hace décadas los televisores han ido reduciendo su tamaño año tras año. El primero que era plano, hoy en día nos parece un absoluto mamotreto. Y es que hoy en día son realmente finos y eso tiene sus grandes ventajas, como poder meterlo en la pared sin problemas. Pero, también tiene grandes inconvenientes, y el principal de todos ellos está, sin lugar a dudas en el sonido.
Mi compañero Sergio Agudo es una auténtica eminencia en materias de audio, capaz de distinguir los matices que a los profanos se nos escapan. Sin embargo, incluso los que no somos muy duchos en materia de audio, nos podemos dar cuenta fácilmente que la situación ha empeorado en este aspecto. Todas las teles se oyen mucho peor que otras de hace eones. Y no tiene solución real si no queremos sacrificar su finura, aunque marcas como Panasonic han conjurado este problema con soluciones ingeniosas, como colocar los altavoces debajo del televisor. Lo cierto es que se oyen impresionantes.
Por otro lado, la otra opción, cuya implantación está costando en España, es la del uso de barras de sonido. Samsung está apostando fuerte por esto y la verdad es que las suyas son francamente buenas.
Sistemas operativos: todos son buenos, pero envejecen mal
Aquí, desgraciadamente, no siempre manda la fluidez, sino los acuerdos comerciales y las ganas de las marcas de meternos su propio ecosistema "por los ojos". Atrás quedaron los tiempos en los que encendías la tele y voilà, veías la tele. Ahora son ordenadores y, como tales, a veces se cuelgan o van lentos.
El rey de la compatibilidad es Google TV (o Android TV). Lo montan Sony, Philips, TCL y muchas otras. Su gran baza es que tienes absolutamente todas las aplicaciones que te puedas imaginar y el Chromecast integrado funciona de maravilla. Sin embargo, hay que tener cuidado: es un sistema pesado. Si la tele no tiene un procesador potente, algo que es muy habitual en televisores de gama media y baja, lo cierto es que nos vamos a encontrar ralentizaciones. Eso sí, tanto en este software como en cualquier otro.
Samsung apuesta por Tizen, un sistema muy maduro que destaca por tener funciones exclusivas como el Gaming Hub para jugar en la nube sin consola. En las gamas altas, de nuevo, es rápido, pero si optamos por televisores de precios más ajustados vamos a notar ralentizaciones.
Por su parte, LG defiende su webOS. Durante años fue mi favorito y sigue siendo uno de mis preferidos. Aunque también es pesado, tiene el Magic Remote que a mí me gusta mucho ya que podemos utilizar el mando como si fuera una varita. Para mí, es mi forma favorita de navegar.

Mi consejo aquí, algo que se lee poco y te va a interesar es que no pasa nada si no te gusta ninguno de los sistemas operativos, o si te compras un televisor barato al que el sistema operativo va lento. Siempre tienes la opción de comprar un Fire TV Stick de Amazon que literalmente vuela y nos ofrece una capacidad de gestión que no tienen otros SO.
Las teles que yo recomiendo
Existen muchísimos televisores para elegir, pero a lo largo de estos años encargándome de hablar de sus tecnologías he ido fraguándome unos cuantos favoritos en los que confío y que recomiendo por norma general. No van a ser una sorpresa para nadie, porque son marcas muy afianzadas en nuestro país y que llevan años demostrando su buen hacer. Sin embargo, pueden servir de orientación.
Si buscamos algo ajustado de precio, la TCL C7K es lo tuyo
TCL es la marca que se ha encargado de demostrar que la calidad no está reñida, en absoluto, con el precio. Con su TCL C7K lo ha demostrado con creces. Una estupenda calidad de imagen con un contraste enorme y una luminosidad increíble. Sus zonas de atenuación crean una televisión que funciona genial y que demuestra la solidez que tienen las Mini-LED.
Las campeonas en el tope de gama
La Samsung S95F es posiblemente una de las mejores que podemos tener en nuestro salón. Además de ser una de las piezas tecnológicas más refinadas que han salido este año, también estamos ante unos dispositivos que nos ofrecen un sinfín de funcionalidades y una manera excelente de evitar los brillos de la luz solar. Tener la tele delante de una ventana ya no es un problema.
Por el otro lado, está la LG evo OLED G5, con un panel asombroso y no solamente con unos colores negros puros, sino también unos blancos que quedan realmente asombrosos.
Ambos son completamente recomendables si podemos acceder a sus precios, pero lo importante es que busquemos un dispositivo que se ajuste a nosotros, nuestras necesidades y gustos personales.
En resumidas cuentas, todas son muy buenas, quédate con la que más te guste
La tecnología de los televisores ha avanzado de una forma exponencial en los últimos años, cambiando para siempre la manera en la que consumimos los contenidos audiovisuales. Ahora, las teles ya no son un el centro para disfrutar de las emisiones en directo de las cadenas. Se han transformado de tal manera que se han configurado como un motor del hogar, desde el control de los objetos inteligentes hasta su uso para escuchar música, consumir streaming o utilizar aplicaciones variadas. De esta manera es muy importante que nos sintamos cómodos con la decisión que tomemos a la hora de escoger una tele u otra.
Lo que nadie suele contar es que no hay decisión correcta. Compra esta, que tiene dos zonas de atenuación más o compra aquella, que usa píxeles azules en vez de blancos. A partir de la gama media, todas las televisiones se van a ver muy bien y las vas a disfrutar de una forma similar. Si quieres el tope de gama, las diferencias se diluyen todavía más, ofreciendo todas una calidad absolutamente brutal.
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