Otro revés para Elon Musk (y van…): el mayor fondo público del mundo tumba su megasueldazo en Tesla

El fondo soberano noruego, que controla un 1,2% de Tesla, rechaza el paquete de compensación de hasta 1 billón de dólares para Musk. No es el primero en votar en contra

Otro revés para Elon Musk (y van…): el mayor fondo público del mundo tumba su megasueldazo en Tesla
Musk ha amenazado con abandonar Tesla si no recibe el paquete salarial. CalPERS y el fondo de pensiones de Nueva York también han votado en contra de la propuesta
Publicado en Tecnología
Por por Sergio Agudo

El Norges Bank Investment Management ha votado en contra del paquete de compensación propuesto para Elon Musk como CEO de Tesla. Este fondo gestiona unos 2 billones de dólares procedentes del petróleo noruego y controla aproximadamente un 1,2% de las acciones de Tesla, lo que le convierte en el primer gran accionista institucional en pronunciarse públicamente. El paquete rechazado podría alcanzar un valor de hasta 1 billón de dólares si Musk cumple ciertos objetivos en los próximos diez años.

La información la ha publicado Business Insider, y explica que el rechazo se basa en tres motivos: el tamaño desproporcionado del paquete, el riesgo de dilución para los accionistas y la falta de medidas para reducir la dependencia excesiva de Tesla respecto a Musk. Ya no es la primera vez: Norges Bank votó en contra de otro paquete similar en 2024, pero esta vez el contexto es bastante peor para el CEO.

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El plan vincula el salario de Musk a objetivos muy ambiciosos: elevar la capitalización de Tesla a 8,5 billones de dólares, vender un millón de robots Optimus, superar los beneficios anuales de Meta o Google y planificar su propia sucesión. Todo en diez años. Musk ha convertido esto en un ultimátum: o le aprueban el paquete, o abandona Tesla. Lo ha repetido públicamente en varias ocasiones, lo que algunos inversores han interpretado como un intento de presión poco apropiado para un CEO.

CalPERS y el fondo de pensiones de Nueva York también han votado en contra. Los dos mayores accionistas institucionales, Vanguard y BlackRock, todavía no han hecho público su voto. La votación definitiva tendrá lugar en la junta anual de accionistas de las próximas semanas. Musk ha arremetido contra firmas de asesoramiento como Glass Lewis e ISS, que recomiendan votar en contra, y les ha llamado "terroristas corporativos" en X. Un lenguaje que no ayuda precisamente a calmar las tensiones.

El momento no podía ser peor para Musk. Tesla ha perdido más del 35% de su valor bursátil en lo que va de 2025, las ventas están por debajo de las previsiones y el beneficio neto se ha desplomado. Y no es solo cuestión de ciclos de mercado: un estudio ha calculado que las polémicas públicas y políticas del CEO han costado a Tesla aproximadamente un millón de vehículos vendidos. Los datos vinculan directamente sus declaraciones con caídas en ventas.

Mientras tanto, SpaceX acumula retrasos y fallos que están comprometiendo los programas de la NASA, hasta el punto de que el director de la agencia espacial criticó públicamente a la compañía. Musk respondió pidiendo que le sustituyeran por "alguien con un coeficiente intelectual de tres dígitos". X tampoco genera beneficios, y la fortuna de Musk ha perdido más de 80.000 millones de dólares solo en 2025, con días de pérdidas de hasta 34.000 millones en 24 horas.

El rechazo de Norges Bank no es un voto aislado de un fondo cualquiera. Es una señal de que los grandes inversores institucionales, que durante años han tolerado las excentricidades de Musk porque Tesla multiplicaba su valor, ya no están dispuestos a seguir haciéndolo. La carta blanca se ha acabado. Ahora exigen más control, más transparencia y menos dependencia de una única persona, por muy mediático que sea. La división entre Musk y parte de sus accionistas es real.

Musk insiste en que necesita controlar al menos el 25% de Tesla para garantizar su estabilidad y que el paquete de 1 billón no es cuestión de dinero, sino de principios. Pero con Tesla en caída libre, acumulando polémicas que afectan a las ventas y con el propio CEO reconociendo públicamente que está "totalmente sobrepasado por la situación", el argumento de que sin él la compañía no tiene futuro empieza a sonar más a amenaza que a realidad. La votación de las próximas semanas dirá si los accionistas creen que Tesla necesita más a Musk o si Musk necesita más a Tesla.

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