Campfire Audio rompe su barrera de precios con unos auriculares que no esconden nada
Los Iris llegan con un diseño transparente y un precio de 349 dólares. Una opción híbrida más accesible para celebrar el décimo aniversario de la marca sin renunciar a su estética
Los nuevos Iris de Campfire Audio aterrizan en el mercado con una etiqueta más contenida —para lo que es este fabricante, que nadie se emocione— y la intención clara de hacer más "popular" el sonido de la firma. Estos monitores in-ear cierran la celebración del décimo aniversario de la compañía con un diseño totalmente transparente y una arquitectura híbrida que busca ser menos exigente y más "disfrutona" que sus modelos de gama alta.
Según detallan en eCoustics, el corazón de estos auriculares combina un driver dinámico de 10 milímetros con un balanced armature o BA. El dinámico se encarga de las bajas y medias frecuencias, mientras que el BA está dedicado a los agudos. Es una configuración lógica que ya hemos visto en los EarFun Air Pro 4 Plus; que huye de la complejidad técnica de los Grand Luna, el nuevo referente portátil que lanzaron recientemente, apostando aquí por una coherencia sonora más sencilla y directa.
Un diseño que lo enseña todo








Su chasis de acrílico impreso en 3D con acabado "Clear" deja al descubierto la cámara acústica y la tornillería de acero inoxidable, un regalo para los usuarios más entusiastas de la tecnología. El cuerpo incluye respiraderos para aliviar la presión auditiva, una solución ergonómica clave que ya vimos cuando Campfire Audio presentó la nueva versión de su icónico Andromeda pensando en evitar la fatiga física durante las sesiones de escucha prolongadas.
El driver dinámico monta un diafragma de carbono amorfo similar al diamante (ADLC) para ganar rigidez sin añadir peso. Buscan una firma cálida y musical, alejándose del perfil analítico de alternativas como los Astell&Kern Luna con driver planar. Es un auricular pensado para disfrutar de la lista de reproducción sin tener que diseccionar cada grabación con lupa.
Vienen bien servidos de accesorios, con funda de piel y dos cables planos, demostrando que Campfire Audio soluciona el caos de cables desde la caja. Sin embargo, faltan datos de impedancia y sensibilidad, un olvido importante. Aunque a veces el nombre de estos IEMs parece una broma, lanzar un producto de audio sin especificar sus requisitos de potencia es un error técnico real.
El precio oficial es de 349 dólares, unos 330 euros al cambio directo, aunque la factura final subirá al aplicar impuestos y tasas de importación para Europa. Aun así, se posicionan como una entrada mucho más amable al ecosistema de la marca de Oregón, permitiendo acceder a su particular estética sin necesidad de realizar un desembolso de cuatro cifras.